La banca Latinoamericana extraña el crecimiento económico

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Retomar una senda de mayor crecimiento sostenible en América Latina es una necesidad ingente, a fin de que el flujo de créditos al sector privado retome una tasa de crecimiento de mayor vigor.

Así lo considera la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban) en el Informe Trimestral Económico, dado a conocer recientemente, en el que destaca que si bien el caso de la región está lejos de evidenciar una crisis o un problema estructural, el resultado puede señalar el comportamiento de la macroeconomía en los últimos cuatro años. Los resultados los relacionado con bajos niveles de crecimiento, inversión y consumo, y un choque del sector externo que deprimió los términos de intercambio.

La entidad destaca, entre las buenas noticias, que al cierre de 2018 el sistema bancario latinoamericano registró activos por un valor de US$3.9 billones. Sin embargo, señala que la hoja de balance ha estado en general afectada por el nivel de crecimiento económico en torno al 1%, que considera bajo, sumado a un entorno internacional volátil y mutante a lo largo del año.

Refiere que mientras que a comienzos de 2018 se esperaba un crecimiento cercano al 2.2% en la región, los pronósticos de crecimiento cercanos al 1.3% lucen optimistas para este año. Valora que muy a pesar de los vientos cruzados en materia del comportamiento de los mercados financieros internacionales, se generaron utilidades por un monto de US$54,000 millones, equivalentes a un crecimiento de casi el 2% respecto al ejercicio anterior.

“En recientes ediciones de este informe hemos monitoreado la relación préstamos/depósitos, la cual ha mostrado un comportamiento descendente desde mediados de 2016. Esto permite inferir algunos comentarios sobre el proceso de desapalancamiento que el sector bancario ha venido presentado”, señala.

Entre las variables observadas por Felaban está, en primer lugar, el efecto de una recesión regional que mostró un decrecimiento del PIB regional (0.6% en promedio) y un período posterior crecimiento regional de apenas un 1.2% en promedio. “Sabiendo que la influencia de las economías grandes puede ser determinante este análisis, y en la influencia de su sector financiero y bancario, es importante mirar el tema después con un poco más de especificidad”, apunta Felaban en su informe trimestral.

Afirma que en momentos de desaceleración económica y en algunos casos de recesión económica, como la que han vivido algunos países, lo normal es restringir la demanda y la oferta de crédito. Por el lado de los usuarios del sector, subraya, la percepción de dificultad con los ingresos inhibe al prestamista a correr el riesgo.

Sin embargo, por el lado del oferente de crédito, al percibir creciente incertidumbre, toma medidas preventivas. Incluso, explica, después de terminada la recesión es posible que la demanda y la oferta de crédito tomen tiempo en recuperarse.

Relación con el PIB
La Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban) destaca que el sistema bancario regional muestra mejoras desde el punto de vista del indicador tradicional de profundidad financiera (medido por las relaciones depósitos/PIB y crédito/PIB). Los depósitos agregados en promedio pasaron de 44.5% en 2013, al 47.5% en diciembre de 2018, mientras que por el lado del crédito el indicador cerró 2018 en 48.5%.

Para Felaban, este comportamiento ocurre en un período en que anteriormente se había destacado el exiguo nivel de crecimiento regional. “Esto resulta ser una tendencia positiva, pero aún escaso para que la ecuación macroeconómica ahorro-inversión se convierta en un factor de transformación de plazos, y financiación de más proyectos en la economía en general”, considera la entidad.

Sostiene que el ahorro financiero debe ser un factor que contribuya al aumento del ahorro macroeconómico que aún es pequeño por causas estructurales.

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