
A unos días de iniciar las vacaciones decembrinas, organizaciones de la sociedad civil, académicos y especialistas advierten la falta de medidas eficaces para reducir los problemas de salud y las lesiones asociados con el consumo de alcohol en este periodo, un fenómeno ampliamente documentado en los servicios de urgencias y análisis epidemiológicos en México.
Actividades festivas —comidas de fin de año, posadas, vacaciones de invierno y el llamado “maratón Guadalupe-Reyes” — suelen acompañarse de consumo, muchas veces excesivo, de bebidas alcohólicas; lo que incrementa traumatismos, accidentes de tránsito, violencia interpersonal y otras complicaciones clínicas saturando los servicios de urgencias. Especialistas de la Cruz Roja Mexicana señalan, por ejemplo, que la atención de urgencias por accidentes automovilísticos aumentan hasta en un 70% en la temporada navideña.
Al respecto, la Dra. Verónica Lozano Morales, Directora del Centro Especializado en Prevención y Rehabilitación de las Adicciones y miembro del Comité Técnico Interinstitucional sobre Alcohol (CTISA) declaró:
“Este aumento en el consumo de alcohol durante el mes de diciembre tiene un costo muy alto para las y los mexicanos: estudios hospitalarios han documentado que aproximadamente 30% de las personas atendidas por lesiones en servicios de urgencias habían ingerido alcohol en las horas previas al evento, duplicando así el riesgo de presentar lesiones graves que ameritan hospitalización.
Otros estudios han señalado que una proporción significativa de los traumatismos y eventos violentos atendidos en unidades de salud ocurre durante fines de semana, noches y periodos festivos, momentos en los que aumenta el consumo de alcohol.”
El consumo de alcohol constituye un grave problema de salud pública en México. En 2022, se estimaron alrededor de 210 mil nuevos casos de enfermedades atribuibles al alcohol, así como 41 mil muertes asociadas a su consumo, lo que representa 112 muertes al día.
Entre las principales afecciones se encuentran la cirrosis hepática, la pancreatitis, el alcoholismo, diversos tipos de cáncer y el daño neurológico. Esta amplitud de daños explica que seis de las diez principales causas de muerte en México estén relacionadas con el consumo de alcohol, de acuerdo con cifras del INEGI.
El alcohol presente en todas las bebidas — vino, cerveza o licores— sigue ocasionando daños a la salud de la población y las autoridades mexicanas han sido omisas en impulsar las estrategias más costo-efectivas recomendadas por organismos internacionales para disminuirlos.
Por ello, la Red de Acción sobre Alcohol (RASA) exhorta a la titular del poder ejecutivo, Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, a impulsar una política nacional y fiscal integral que aumente los impuestos al alcohol, regule efectivamente su disponibilidad, restrinja la publicidad, promoción y patrocinio de estas bebidas que incluye leyendas de advertencia con el riesgo de cáncer en los envases de bebidas alcohólicas.
Luis Alonso Robledo de la Red de Acción sobre Alcohol, afirmó: “A pesar de la evidencia disponible, el gobierno de México ha sido omiso a este problema que afecta a toda la población. El aumento en la ingesta de bebidas alcohólicas se asocia con más accidentes viales, aumento en la violencia, intoxicaciones agudas y complicaciones de enfermedades crónicas, además de impactar la salud mental y la convivencia familiar.
El alcohol no es necesario para celebrar y que las políticas públicas pueden disminuir e incluso evitar su consumo, prevenir daños graves y salvar vidas, especialmente en una temporada donde la convivencia, el cuidado a uno mismo y a terceras personas y la responsabilidad social son fundamentales”.
La implementación de estas políticas en otros países ha mostrado reducciones significativas en consumo de alcohol, mejoras en la salud, mayor esperanza y calidad de vida, además de la generación de más recursos para el estado. Por ello, instamos al gobierno a emprender acciones acordes con la política social y que generen resultados tangibles.