La enorme cuchilla se encontraba ensamblada en la ranura de los dos tablones de más de cuatro metros de altura, su filo en la parte inferior había sido revisado y pulido y las ranuras debidamente engrasadas con sebo animal, en la parte superior tenía pesas de plomo de sesenta kilos que, debidamente distribuidos permitían que la enorme navaja cayera con fuerza y equilibrio.

Aquel frío día de enero del año 1793, un hombre había sido puesto en el yugo de aquella máquina de muerte y cerraba los ojos, esperando que la temible hoja de acero bajara y cercenara su cabeza a la altura del cuello. Charles-Henri Sanson, el verdugo que había sido nombrado por el mismo hombre que ahora iba a ejecutar, recibió la orden y movió la palanca que liberó la cuchilla que tardó menos de dos segundos en caer, cortando limpiamente la cabeza de quien había sido el representante más fuerte de los sistemas monárquicos europeos, Luis XVI.

Durante el devenir humano, las formas de gobierno se han sucedido una tras otra y ese era el momento cuando esa organización del poder, conocida como la Monarquía, daba un vuelco para buscar otra forma de organización social, de ahí brotó el control de Francia de un militar, Napoleón, que traería una forma de gobierno conocida desde la época de Augusto, dos mil años antes, y que hemos conocido como imperio.

Hay otra formas de organización social que se han dado en la historia, una de estas es la conocida como República que se refiere al gobierno de los componentes individuales de la comunidad, a través de un proceso en el que estos eligen a quienes llevarán las riendas de la cosa pública, que puede resumirse en tres aspectos: crear las normas que debemos seguir para tener una convivencia social sana, conocida como legislar; resolver los conflictos que surgen entre los diversos factores del componentes social, es decir juzgar y una tercera que consiste en  administrar los bienes comunes o públicos.

Nadie puede negar que los seres humanos necesitamos vivir en conjunción con nuestros semejantes, y que esta convivencia necesita de reglas que estén determinadas y sean del conocimiento común, para que así las personas conozcamos cual es el camino que debemos seguir.

Luego que cayó la cabeza de Luis XVI en la canasta que

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Oscar Müller Creel

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