ARTICULO: Recaudaciones fiscales

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Por Félix Santana García
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Tanto se ha hablado y se habla con mayor vehemencia de aumentar la presión fiscal, que los ingresos fiscales hay que incrementarlos para mejorar el desempeño del gobierno ante la población dominicana a los fines de que esta reciba una mejor retribución de los impuestos pagados por concepto con el propósito de que la vida del dominicano sea más llevadera a través de un aumento del gasto social.

Se han llenado cuartillas y más cuartillas sobre el tema de las recaudaciones fiscales para gastar más, sin que se preste atención a los gastos que día a día se erogan innecesariamente, cual que si fuese un barril sin fondo, sin doliente o sin criterio.

Se defiende que hay que gastar más dinero para cumplir con las necesidades insatisfechas de los más necesitados pero es mucho lo que se escapa o se dilapida o se desvía, producto de la falta de controles, la mala aplicación de las leyes y la falta de institucionalidad.

Así también por la maldita corrupción, falta de moral y ética en el ejercicio mismo de la gestión pública y en muchas áreas de la gestión privada que corroe los cimientos mismos de la sociedad dominicana que impide el pleno crecimiento y desarrollo económico y social del país.

La República Dominicana por años, ha sido víctima de sus gobernantes que han puesto por encima su mala voluntad al pensar solo en sus intereses particulares sin importarle el bien común.

No les importa para nada el porvenir, ni la existencia misma del solio insular que les vio nacer. Les importa un bledo el que sus hijos tengan una mejor vida y que las futuras generaciones de dominicanos encuentren un mejor país, mejor habitable, tal como se esforzaron los padres de la nación dominicana.

Hoy se procura a través de una batida feroz que la evasión y elusión fiscales disminuyan para que los ingresos públicos aumenten pero de nuevo se trae a colación el tema de que los gastos, los cuales deben ser de mayor calidad y que estos justifiquen sus erogaciones al agregar valor al país.

Las autoridades fiscales actúan correctamente en cuanto a mejorar los ingresos públicos haciendo lo necesario para eficientizar la administración tributaria pero llama mucho la atención de que no se ataque por igual los escapes exorbitantes de los gastos.

Se sabe que cuando el dinero ganado se suda para obtenerlo se piensa mucho para gastarlo, duele cuando no se emplea o aplica en lo correcto, se siente un complejo de culpa al gastar lo que no debe o debió gastarse alegremente.

Las autoridades de turno dizque se esfuerzan por que haya menos gastos superfluos pero hasta que no se tenga un presupuesto por resultados mediante el cual se conozca en que se invirtió cada centavo del Presupuesto General del Estado.

Y hasta que las leyes no se cumplan respetuosamente y hasta que no se tengan instituciones fuertes o hasta que cada gasto se justifique en su erogación no se podrá hablar de que el país alcance un nivel de desarrollo que permita mejorar las condiciones de vida de los dominicanos.

Se podrían traer al cuerpo mismo de estas reflexiones muchos guarismos o cifras atractivas en cuando a que las recaudaciones fiscales han mejorado debido a una administración tributaria más efectiva pero muchos de estos esfuerzos caerán en el vacío entonces se volverá a decir que los ingresos son insuficientes y habrá que aumentarlos de nuevo.

Se sucederán autoridades tras autoridades públicas como ha sucedido en el pasado pero el país seguirá desarrollándose lentamente al extremo de desesperar al dominicano más paciente. Los logros alcanzados van muy lentos en comparación con los de otros países del área.

Lo aquí planteado no es nuevo ya que se ha repetido una y otra vez pero sin ningún resultado, pues se insiste en llover sobre mojado, en repetir los mismos patrones, en ser recurrente, en cantarse y llorarse sobre las consecuencias de los mismos temas.

Se sabe que en el país hay una alta evasión de impuestos relativos a las transferencias de los bienes y servicios (ITBIS) de alrededor de un 43% y de un 60% del impuesto sobre la renta respecto a otros países de la región. Sí, es alarmante, pero después de que aumenten las recaudaciones fiscales a través de la recaudación más tributos, ¿el país dejará de tomar tanto dinero prestado para financiar sus déficits fiscales, los cuales alcanzan ya más de cinco períodos presupuestales corridos, en los que los gastos son mayores que los ingresos.

A través de estas reflexiones no es ni una ni dos las veces que hemos dicho que el problema no son los ingresos, el problema son los gastos, es decir, cómo se gasta y en qué se gasta. Muchos serán los ingresos, se llenarán barriles y barriles pero se continuara gastando de forma deficiente.

Es tan sencillo entender esto, pues si se extrapola esta situación a un hogar se puede advertir que el efecto es el mismo en cuanto a gastar primero y luego pensar cómo conseguir el dinero necesario para hacer frente a las obligaciones contraídas.

Recuérdese que las necesidades son inconmensurables y siempre son insatisfechas pues mientras más dinero se capta más dinero se necesita pero si hay control en el gasto o el gasto se racionaliza, sin lugar a dudas que los ingresos serán suficientes.

No es el hecho de tomar dinero prestado sino en que se aplica este y que su retorno supere sus costos. Señores es un asunto de costo-beneficio.

Las principales páginas de los periódicos, hoy, se llenan de algarabía al comunicar que la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) incrementa las recaudaciones tributarias, las que representaron un 0.5% del Producto Interno Bruto (PIB) durante el pasado año 2017 pero ¿para qué? si se siguen formulándose presupuestos deficitarios.

Se podría preguntar, ¿dónde está el meollo del asunto, porque se formulan presupuesto con faltantes de fondos no obstante los ingresos han batido records?

La respuesta es que no hay institucionalidad, que la corrupción aumenta y camina libremente en los fueros internos del país, que hay muchos escapes, que se gasta alegremente, pero nada de esto importa.

De seguro que si se aplican los controles necesarios, si se gasta con la calidad debida, si se aplica un régimen de consecuencias que de al traste con el encarcelamiento de los responsables de ponerle las manos al erario para fines personales, si se aplica un presupuesto por resultados, se podrá hablar de que si aumentan los ingresos públicos habrá un nuevo amanecer para todos los dominicanos a través de recaudaciones responsables para el bien de todo el país.

Si se logra lo anterior la nación dominicana no tendrá que estar modificando o creando leyes impositivas a cada momento para que el gasto sea más eficiente o se aplique en lo que realmente sea necesario y así se tendrán unas finanzas saneadas, eficientes y efectivas.

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