Por: Félix Santana Garcia
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Desde que el hombre ocupa la faz de la tierra ha procurado siempre obtener lo que desea en el acto, en el momento, en lo inmediato, lo que muchas veces lo ha llevado a alcanzar lo que se propone a como dé lugar sin importar las consecuencias, siendo esta característica de su naturaleza misma.
Es parte consustancial de los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana el endeudarse todos los años a los fines de financiar los continuos déficits presupuestales originados por el excesivo gasto corriente frente a las exiguas recaudaciones debido a la mala gestión financiera que siempre les ha caracterizado impulsado por su interés desmedido en mantenerse en el poder mediante canonjías y favores políticos en desmedro del bienestar de la población dominicana.
Informaciones ofrecidas por la Dirección de Crédito Público dan cuenta que a junio del presente año 2018 la deuda externa del Sector Público No Financiero (SPNF) totalizó US$20,213.0 millones, mientras a nivel interno se situó en US$9,957.0 millones, para un total general de US$30,170.0 millones, monto equivalente a 38.3% del Producto Interno Bruto (PIB), siendo la deuda del gobierno central ante el Banco Central, por concepto de recapitalización, ascendente a US$2,683.1 millones.
Conforme a la Dirección de Crédito Público (DCP), la tasa de interés anual promedio ponderada de la deuda pública ronda el 7.7% aunque parte de dicha deuda se ha concertado en base a tasas de interés variables y a corto plazo, condiciones que van encontra de una buena gestión de crédito ya que incrementa el riesgo financiero.
Si bien es cierto que el indicador o ratio de solvencia financiera de la deuda reflejó mejoría en el lapso enero-junio 2018 no menos cierto es que la liquidez no es directamente proporcional a la solvencia ya que la primera es la disponibilidad de dinero en efectivo a corto plazo mientras la solvencia es efectivo pero a largo plazo con la cual no se honran los compromisos financieros en el corto plazo.
Desde el mes de junio recién pasado las autoridades fiscales se encuentran inmersa en el proceso de formular el presupuesto del año venidero 2019 y se espera como es una costumbre de las autoridades de turno presenta nueva vez dicha herramienta de desarrollo económico y social con otro faltante el cual podrá rondar el 2.4% del PIB pues los gastos corrientes siguen en aumento y los compromisos del servicio de la deuda netos se esperan que sean mayores por la carrera alocada de endeudamiento del presente gobierno.
No obstante el clamor de los distintos sectores económicos del país de que de una vez y por todas se apruebe un Pacto Fiscal Integral el gobierno del PLD se resiste pese a que se requiere que se revise con urgencia el gasto público a los fines de hacerlo más realista y de mayor calidad pero también se revisen las tasas de impuestos con el propósito de hacerlas más amigables, equitativas y justas lo cual es una exigencia de la Estrategia Nacional de Desarrollo (END).
Razones tienen las autoridades de turno de no embarcarse en dicho Pacto Fiscal Integral, primero porque se afectarían sus planes políticos clientelistas a partir de nóminas parasitarias, prebendas o canonjías y segundo tendrían que sincerizar los ingresos, todo lo cual tiene un costo político, en detrimento de su permanencia en el poder.
Hay muchos mitos y realidades acerca de las deudas, entre los que se mencionan: “el que toma prestado es siervo del que presta”. “La deuda es una herramienta y debe usarse para crear prosperidad pero en realidad esta añade considerables riesgos”.
“La deuda entraña suficiente riesgo para contrapesar cualquier ventaja que pueda obtenerse mediante la palanca de la deuda ya que muchas veces se incurre en el circulo vicioso y virtuoso de endeudarse”.
“El costo de capital o tasa de interés, es mucho mayor a los resultados de endeudarse pues muchas veces se paga hasta dos y tres veces lo obtenido en préstamo”.
“La consolidación de las deudas ahorra intereses y se tiene un pago más pequeño pero en realidad la consolidación de esta es peligrosa porque solo se trata el síntoma y no las causas”.
De manera que se necesita poner los pies sobre la tierra si se quiere organizar las finanzas públicas y evitar el seguir endeudando el país, al extremo de afirmarse de que la presente legislatura se extendió con el propósito fundamental de aprobar más préstamos de los que se han tomado mediante créditos bancarios y emisiones de bonos.
Recuérdese también, que el hecho de seguir en esta carrera interminable de endeudamiento es seguir comprometiendo los exiguos ingresos de los dominicanos de manera más onerosa los de los dominicanos más vulnerables.
A estas reflexiones se podrán añadir guarismos o números preciosos sobre los ingresos, gastos, déficits y su financiamiento, informaciones que muchas veces han sufrido maquillajes con el propósito de no presentar la realidad de las finanzas públicas.
Como corolario se hace necesario de que se apruebe con urgencia una Ley de Responsabilidad Fiscal a los fines de poner coto a este endeudamiento que afecta y afectará a la presente y futura generaciones.