Aprovechar criptomonedas para brindar mejores oportunidades a ciudadanos

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TBILISI, mayo de 2018. En un nuevo informe del Banco Mundial, Cryptocurrencies and Blockchain: Europe and Central Asia Economic Update (i) (Criptomonedas y cadena de bloques: Actualización económica de Europa y Asia central), se señala que en vista de que el crecimiento económico en Europa y Asia central había llegado a un punto máximo, tras un crecimiento del 2,7 % en 2017 y una proyección del 2,3 % para 2018, los países de la región debían aprovechar las nuevas tecnologías digitales para innovar y mejorar sus servicios.

Las autoridades encargadas de formular las políticas en la región deberán lograr un equilibrio que les permita aprovechar todas las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías y, al mismo tiempo, poner freno a la publicidad exagerada que las rodea. Por otra parte, es necesario que las políticas proporcionen apoyo a los ciudadanos para adaptarse al aumento de la flexibilidad en el mercado laboral y en los mercados de productos.

La cadena de bloques (blockchain) —tecnología digital que permite las transacciones y los flujos de información entre personas sin que sea necesario un intermediario de confianza— forma parte de la nueva ola de tecnologías recientes. La tecnología de cadena de bloques se aplicó por primera vez en las criptomonedas, que crean dinero digital sin bancos centrales y facilitan los pagos sin instituciones financieras.

“Se ha comprobado que muchos países de Europa y Asia central son terreno fértil para el desarrollo de las criptomonedas y las tecnologías de cadena de bloques”, afirmó Hans Timmer, economista en jefe de la Oficina Regional de Europa y Asia Central del Banco Mundial, cuando se dio a conocer el informe en Tbilisi. “En Georgia, por ejemplo, sorprende observar la amplia difusión de la minería de criptomonedas, que obedece en gran parte a las exenciones impositivas y al bajo precio de la electricidad. De cara al futuro, será importante que el Gobierno establezca medidas para garantizar la supervisión financiera y la protección de los consumidores”.

Según el informe, las criptomonedas, sector que hoy mueve miles de millones de dólares, siguen suscitando opiniones ampliamente divergentes. La extrema volatilidad de los valores de las criptomonedas plantea dudas respecto de su viabilidad como alternativa a las monedas de curso legal, y los costos de electricidad asociados con la minería de criptomonedas generan preocupación debido a su constante aumento.

No obstante, la tecnología de cadena de bloques subyacente se está adoptando en forma más amplia y varios Gobiernos de la región ya están experimentando con cadenas de bloques para digitalizar y simplificar los servicios públicos a fin de lograr que sean más seguros, transparentes y eficientes.

En Ucrania, Estonia y Georgia, por ejemplo, los Gobiernos están analizando el uso de la tecnología de cadena de bloques para crear registros de tierras y propiedades inmuebles. Azerbaiyán está experimentando con identificaciones digitales para bancos y Lituania ha establecido un centro de cadena de bloques para facilitar la creación de nuevas empresas. Suiza aspira a convertirse en un polo de tecnologías de cadena de bloques y está a la vanguardia en materia de adaptación de las reglamentaciones a estas tecnologías.

“Las tecnologías de cadena de bloques ejercen presión competitiva en los sectores financieros privados y también impulsan ideas y enfoques creativos en el ámbito gubernamental”, añadió Timmer. “Al mismo tiempo, han generado un amplio espectro de desafíos en materia de políticas para los países”.

Los principales desafíos incluyen, entre otros, garantizar la supervisión financiera y combatir el lavado de dinero, la evasión fiscal y las transacciones ilícitas. Además, los Gobiernos deben abordar el enorme volumen de electricidad que requiere la minería de criptomonedas, así como determinar el nivel de apoyo que deben brindar a las empresas incipientes que se especializan en tecnologías de cadena de bloques.

Europa y Asia central han registrado un fuerte crecimiento económico, que ha sido el más rápido en una década y fue especialmente sólido en Europa central y Turquía. No obstante, la disminución del desempleo y el aumento de la inflación indican que el crecimiento de la región probablemente se desacelerará en el futuro.

Durante el auge económico, muchos países de la región aumentaron sus exportaciones y redujeron sus déficits fiscales, lo que les permitió crear una reserva para amortiguar el impacto en caso de surgir factores cíclicos adversos. De cara al futuro, sin embargo, la región enfrentará desafíos adicionales al lidiar con el endurecimiento de las condiciones financieras a nivel mundial y el aumento de las tendencias al proteccionismo.

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