La OIT prevé baja en la tasa de desocupación laboral de la región

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La tasa de desocupación laboral promedio de la región de Latinoamérica y el Caribe se reducirá de 8.4% en 2017 a 8.1% en 2018, una variación porcentual que despierta optimismo en la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

“La perspectiva es que si se materializa la aceleración de la actividad económica esperada en 2018 para la región en su conjunto, es de esperar también un mejoramiento generalizado del panorama laboral el año que viene”, vaticina.

Resalta como principal novedad en su “Panorama Laboral 2017” que, en general, se vislumbra el fin del deterioro generalizado en los mercados laborales de los últimos años, y el inicio “de una fase de mejoramiento”, en caso de que se materialice la aceleración del crecimiento esperada en 2018, a 1.9% o 2.2% para el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Económica Para América Latina (Cepal), respectivamente.

En comparación con 2016, en el año 2017 una menor cantidad de países experimentó incrementos en la tasa de desocupación. “Mientras que en 2016 la desocupación aumentó en 13 de los 19 países, en 2017 se incrementó en solo nueve. “Los incrementos más altos en 2017 se dieron en Brasil (1.8 puntos porcentuales) y Belice (1 punto).

“Los descensos más pronunciados se dieron en Bahamas (-2.8 puntos porcentuales), República Dominicana (-1.7 puntos porcentuales), Jamaica (-1.2 puntos porcentuales) y Ecuador (-1.1 puntos porcentuales).

Las estadísticas del Banco Central reflejan una mejoría en República Dominicana en la tasa de desocupación ampliada, que pasó de 14.1% en octubre 2015 a 13.3% en el mismo mes de 2016.

La desocupación abierta, que se refiere a la proporción de la población económicamente activa (PEA) que en las últimas cuatro semanas anteriores a la medición de la encuesta de trabajo diligenció un empleo, se situaba en 5.9% a octubre en 2016 y en 5.2% en 2017.

Preocupación
Los economistas analizan con preocupación el mercado laboral dominicano, debido a sus niveles de informalidad. Ernesto Selman, Miguel Collado Di Franco y Juan Rojas, del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (Crees), presentaron en abril pasado un análisis en el que deploran que en 2017 el sector privado perdió 25,875 empleos, conforme a cifras oficiales del propio Gobierno.

La tasa de informalidad laboral total en República Dominicana se situó en 58.7% entre octubre y diciembre de 2017, mientras que en igual período de 2016 era de 57.9%, según el Crees.

En 2016, según su análisis, el Banco Central registraba 1,236,595 empleos formales en la economía dominicana, pero en 2017 la cifra cayó en un -2.1% y se situó en 1,210,720. Mientras, en contraposición, los empleos en el tren estatal aumentaron en 44,003, al pasar de 576,338 a 620,341, un incremento relativo de un 7.6%.

La gestión de Danilo Medina asegura que desde 2012 propició la creación de más de de 688,000 empleos, según las informaciones difundidas después de cumplir seis años en la Presidencia de la República y que creó o protegió 165,796 en el sector de las zonas francas.

Los economistas también externan preocupación por los salarios reales de los trabajadores dominicanos, como lo establece la radiografía “¿Trabajos dignos o empleos chatarra?”, del economista Airon Fernández Gil y el sociólogo Matías Bosch Carcuro, de la Fundación Juan Bosch.

La OIT señala que “la información de los salarios del sector registrado o formal entre el tercer trimestre de 2017 y el tercer trimestre de 2016, sugiere que en siete de los nueve países con información disponible los salarios reales aumentaron, y solo en dos se redujeron (Perú y México)”. Sostiene que esa mejora está “fuertemente influida por la menor tasa de inflación en la mayoría de países”.

“Esta dinámica también se observa en la evolución de los salarios mínimos. Los ajustes nominales por encima de la inflación redundaron en el crecimiento de los salarios mínimos reales en 14 de 16 países. Ello produjo un incremento de los salarios mínimos reales de 4.3% al tercer trimestre de 2017, casi el doble de lo observado en similar período de 2016 (2.3%)”, dice el informe de la OIT.

La radiografía de la Fundación Juan Bosch plantea que los 450,000 nuevos puestos de trabajo creados en el país entre 2012 y 2016 resultaron insuficientes para reducir de manera sustancial la tasa de desempleo, la cual pasó de 14.7% a 13.3%, debido a que sólo se crearon unos 5,000 por encima del crecimiento natural de la población económicamente activa (PEA).

Sostiene que, según el Banco Central, entre 2014 y 2017 se crearon 380,608 empleos, de los cuales el 53% (201,813) se generó en el sector formal, mientras la PEA aumentó en 224,595 trabajadores. “Siendo así, se tiene que el número de empleos netos generados sobre el crecimiento natural de la PEA fue de 156,012. Esto llevó a que la tasa de desempleo, que se situaba en un 15.8% en 2014, se redujera a un 12% en 2017, para una disminución de 24%. Sin embargo, este nivel de la tasa de desempleo se sigue ubicando en un nivel muy elevado, pues más 600,000 dominicanos buscan empleo o están disponibles para emplearse, y no lo logran”.

La Confederación Nacional de Unidad Sindical (CNUS), que preside Rafael (Pepe) Abreu, entiende que “los oligopolios en la economía dominicana son los factores que más inciden negativamente en la creación de empleo, pues, restringen la creación de empresas”.

La CNUS explica que eufemísticamente a los oligopolios se les llama “mercados concentrados”. “Las principales ramas de la economía están dominadas por oligopolios, excepto en las ramas de alta presencia micro, pequeñas y medianas empresas, tales como agropecuaria, transporte, comercio al por menor, comercio de vehículos, servicios de enseñanza, y otros”, dice el economista Felipe Santos Reyes, del CNUS. “Las empresas que más reciben incentivos fiscales son aquellas que operan en mercados oligopólicos”, añade.

Entre los retos que tiene el Gobierno y el sector privado para mejorar la calidad del empleo, la CNUS cita la necesidad de “adoptar una visión integral del desarrollo equilibrado del territorio nacional, y la explotación socio-ambiental de los recursos humanos”. También, basar la competitividad en el trabajo decente e investigación y desarrollo. “El trabajador y trabajadora no solo es un sujeto para crear riquezas, sino que es un ciudadano o ciudadana con derechos para organizarse y generar propuestas para más y mejores condiciones de trabajo”, dice Santos Reyes.

Salarios reales
“Durante el período 2005-2015 hubo mejoras significativas y generalizadas de los salarios mínimos reales, que aumentaron en promedio en un 42% en el período, lo que equivale a un un 3.6% real al año”, dice la OIT en su informe. Indica que ese aumento fue mayor en Países Andinos (4%) y Cono Sur (3.8%), mientras que en Centroamérica y México alcanzó un 3%).

“La mayor variación acumulada de los salarios mínimos en el período se dio en Honduras, Uruguay y Bolivia, la menor en Paraguay, México, República Dominicana y Colombia”, añade el informe del organismo.

Al analizar el salario mínimo en relación con la línea de pobreza en 14 países, la OIT encontró que mientras en 2005 había 8 en los cuales era inferior a dos líneas de pobreza urbanas, en 2014 solo eran 5, “lo cual sugiere una mejora en la capacidad de compra de los salarios mínimos”.

Cono Sur
“La desocupación tiene desempeños heterogéneos por regiones. La tasa más alta en 2017, igual que en 2016, se encuentra en el Cono Sur, donde aumentó de 10.7% a 11.9% al tercer trimestre de los respectivos años”, dice la OIT.

Añade que en los Países Andinos la tasa cae ligeramente a 6.8%. Además, que en Centroamérica y México la tasa pasó de 4.5% a 4.0%. Y en el Caribe la tasa pasó de 7.8% a 7.4%. “En 2017 la tasa de desocupación de las mujeres aumentó a 10.4%, había sido de 9.9% el año anterior”, lamenta. “Ligeramente mayor que el aumento para los hombres que pasó de 7.2% a 7.6%”.

Baja capacidad
La CNUS atribuye la disminución de la tasa de desempleo a factores como “la ausencia de mecanismos de protección social, por ejemplo seguro de desempleo”.

La entidad presidida por Rafael (Pepe) Abreu, lamenta que trabajadores en edad productiva, “y disponible para trabajar, siempre buscan formas de empleos de generación de ingresos ante la ‘baja capacidad de generación del empleo sector privado’, el cual opera con una paquete tecnológico que no requiere ampliar el ‘Empleo’ para hacer crecer la producción de bienes y servicios, pues, opera con capacidad instalada superior a la necesaria.

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