Mastercard promete un mundo libre de efectivo y sin contacto

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Mastercard está decidida a que las personas vean el dinero en una forma diametralmente diferente. La empresa comenzó a ver el mundo más allá del efectivo, dándole más valor a la frase “el tiempo es oro”, especialmente ahora que la sociedad se mueve a un ritmo más dinámico. La tecnología sin contacto (Contactless technology, en inglés) es su visión de lo que debe ser el futuro cercano en cuanto a pagos.

Menos tiempo al momento de pagar, mayor seguridad y una sociedad con más transparencia en sus transacciones son conceptos que los ejecutivos de Mastercard lo han hecho suyos. El dinero, están conscientes, será sólo cifras que servirán para realizar cualquier transacción de negocios.

Brian Lang, presidente de Mastercard Canadá; Iain McLean, vicepresidente de Desarrollo de Mercados; Malcom Fowler, oficial de Productos y Alianzas; Rodolfo Duran, del área de Desarrollo de Negocios para América Latina; y Sukhmani Dev, de la División del Laboratorio de Pagos Digitales, compartieron la nueva experiencia de la empresa con un grupo de periodistas especializados de América Latina, Estados Unidos y Canadá. El periódico elDinero fue el único medio dominicano presente.

Para Dev, responsable de desarrollar nuevos productos, la misión de Mastercard es que haya un mundo sin efectivo, por lo que, definitivamente, la empresa avanza hacia esa meta. “Ando por toda Canadá, compro en cualquier tienda y no necesito efectivo”, dice.

Entiende que ciertamente hay un reto que vencer en América Latina, que asegura se logrará en un proceso que habrá de llevar conciencia a la población de que el efectivo es más costoso y riesgoso. “La gente tiene la errada percepción de que manejar efectivo es más barato, pero no es verdad”, explica.

El aspecto seguridad y manejo de efectivo es otra razón que mueve a Mastercard a impulsar un mundo sin efectivo. “Sólo hay que pensar en la cantidad de dinero que debemos llevar para hacer una compra y todo lo que debemos hacer para asegurar ese dinero. Y al final de la tarde llevar todo ese efectivo al banco también es riesgoso y cuesta más. El efectivo no es barato, por lo que esta percepción es absolutamente equivocada”, asegura Dev.

La responsable del Laboratorio de Pagos Digitales de Mastercard considera que el trabajo que toca ahora es educar a los consumidores y llevarles conciencia de lo importante y económico que es realizar sus transacciones sin efectivo.

Según Dev, Mastercard está consciente de que hay un trabajo que debe ser realizado con las autoridades gubernamentales de los países de la relación. En ese orden, hay que hacerles entender que no sólo habrá gobiernos más ágiles, sino más transparentes. Sin embargo, sabe que el tiempo que se tomará para que haya una sociedad sin efectivo dependerá del tipo de país.

Para Fowler, una de las apuestas que hace Mastercard, además de agilizar la experiencia de pago de los usuarios, es ayudar a que las sociedades sean más transparentes. Lo buscan a través de la tecnología sin contacto, pues la promesa es que su agilidad también la hace más segura.

Narra que, en Canadá, hace algún tiempo, el “penny” o la denominación de un centavo, comenzó a ser muy costosa e incómoda para los usuarios y emisores, quienes comenzaron a considerarla una molestia en sus bolsillos. Además, el efectivo, cuenta, es ahora considerado un obstáculo para ser más organizado en el manejo de las finanzas personales, por lo que entiende que la tecnología jugará un papel importante en cuando al control del gasto de las personas.

A su entender, impulsar el uso de un sistema de pago como el que promueve Mastercard mejora los niveles de transparencia en los países. Por supuesto, dice, para las personas que no quieren ser transparentes en sus transacciones, y que el efectivo les facilita las cosas, lo más conveniente es el efectivo.

Sobre el reto que esta nueva tecnología significa para el sistema financiero y los gobiernos, McLean, de Desarrollo de Mercados, afirma que la banca es y seguirá siendo un aliado fundamental para las economías y los usuarios de pagos, pues es a través de ellos que se transa todo, especialmente cuando se habla del pago sin contacto. Lo que sucede ahora, cuenta, es que los usuarios tienen nuevas experiencias al pagar y tienen más opciones. “Si no hacemos nada, entonces sí ponemos el sistema bancario en peligro”, dice.

La empresa está convencida de que hoy en día muchas personas siguen asociando las transacciones bancarias con “pasar” o “insertar” un plástico en una terminal bancaria. Sin embargo, afirma, para los cuentahabientes de más de 370 millones de tarjetas contactless (sin contacto) aceptadas en más de siete millones de comercios, en 107 países alrededor del mundo, es posible realizar pagos con tan sólo acercar su tarjeta.

La tecnología, implementada por Mastercard desde 2003, es la base que alimenta en la actualidad su capacidad de pago con dispositivos móviles inteligentes. Éstos, así como las tarjetas, contienen un chip incrustado y una antena de radiofrecuencia (RFID, siglas en inglés) que le da un lector sin contacto al enlace inalámbrico, transmitiendo la información de manera segura y sencilla en una fracción de segundo, lo que favorece una reducción de tiempo en las filas de pago.

Sin embargo, cuando se transmite la información de pago de forma inalámbrica, se cuestiona si se trata de algo verdaderamente seguro. La empresa afirma que sí, pues los pagos sin contacto requieren información diferente a la requerida por los realizados vía telefónica o en línea.

Mastercard asegura que nunca se transmite información como nombre del tarjetahabiente, código de seguridad de tres dígitos ubicado al reverso del plástico, ni datos de facturación como el código postal. En su lugar, junto con la información de la cuenta, explica, se envía desde la tarjeta o dispositivo al lector, un código de uso único para identificar la transacción.

En un trabajo conjunto con los emisores, minoristas y proveedores de servicios de pagos, Mastercard emplea sistemas robustos de detección de fraude e inteligencia artificial para identificar actividades sospechosas y detener el fraude en el acto.

“Finalmente, los tarjetahabientes pueden tener la plena seguridad de que, si su tarjeta corre peligro, estarán protegidos con la promesa global de responsabilidad cero, lo que se traduce en que los usuarios no serán responsables de ningún cargo no autorizado”, asegura.

Respuestas
A pesar de las medidas implementadas para dar mayor seguridad a los usuarios, existen muchas dudas sobre el funcionamiento que conlleva esta tecnología. Para eso, Mastercard compartió algunos mitos y realidades acerca de contactless.

La primera inquietud es que si un ladrón puede fácilmente robar vía electrónica la tarjeta/dispositivo sin contacto. La empresa explica que aunque existen aplicaciones para teléfonos inteligentes que dan acceso a datos de las cuentas o dispositivos habilitados para pagos sin contacto, éstas solo pueden leer el número de cuenta y la fecha de vencimiento. Esto implica que el ladrón tendría que estar físicamente cerca de la tarjeta para obtener esa información.

Otra cuestión es que si un ladrón logra interceptar la información sin contacto, ¿podría crear una tarjeta falsa para usarla en las tiendas? La respuesta de Mastercard es la siguiente: cuando se hace una transacción sin contacto, la tarjeta o el dispositivo le da al lector una clave dinámica de uso único e identifica de manera segura cada transacción específica. Sería extremadamente difícil para los estafadores copiar la tecnología de encriptación utilizada, y crear una versión falsa de las tarjetas contactless.

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