La producción de la OPEP cayó en 751.000 barriles diarios en diciembre

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La producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) cayó en diciembre en 751.000 barriles diarios (bd) para ejecutar un recorte que busca apuntalar los precios, mientras que el aumento récord del bombeo en EEUU desafía la estrategia del grupo energético.

«En diciembre de 2018, la producción de crudo de la OPEP disminuyó en 751.000 bd hasta un promedio de 31,58 millones de barriles diarios (mbd), según fuentes secundarias», indica la organización en su informe mensual de enero sobre la situación del mercado petrolero.

La producción conjunta de los catorce miembros de la OPEP descendió a 31,58 mbd el mes pasado, una disminución del 2,2 % desde noviembre y la mayor caída mensual desde enero de 2017.

La OPEP y sus productores aliados, con Rusia a la cabeza, acordaron ese mes reducir su producción de petróleo en 1,2 mbd durante los primeros seis meses de 2019.

A la OPEP le corresponde una reducción de 800.000 bd, de la que la mayor parte -468.000 bd- los recortó ya en diciembre Arabia Saudí, el mayor productor del grupo y, por ello, su líder natural.

Irán, sometida a nuevas sanciones por parte de EEUU, y Libia, con una situación de inestabilidad en gran parte de su territorio, son los otros dos países con importantes descensos de producción.

Estos datos suponen que la OPEP ya cumplió con la mayor parte de su reducción de producción en diciembre, antes incluso de que entrase en vigor oficialmente el recorte el uno de enero pasado.

Esta es también la mayor caída intermensual de la OPEP en dos años, desde enero de 2017, cuando la extracción conjunta del grupo bajó en casi 900.000 bd para cumplir con otro recorte para impulsar los precios, una estrategia que entonces sí funcionó.

El valor del crudo de la OPEP desde finales de noviembre de 2016 hasta enero de 2018 aumentó alrededor del 50 %, desde los 44 hasta los 67 dólares.

Por el contrario, el barril de referencia de OPEP cotizó el miércoles a 59,52 dólares, una cifra similar a su valor antes de acordarse el último recorte de la OPEP el pasado 7 de diciembre.

Ahora bien, la cotización del barril de la OPEP ha sido una montaña rusa en el último mes: cayó a finales de diciembre hasta los 50,11 dólares, un mínimo de dos años, y después se apreció un 18 %.

Los datos de caída de la producción de la OPEP, que rebajan su participación global en la producción mundial de crudo, contrasta con el aumento de sus competidores, que en 2018 elevaron sus extracciones en 2,61 mbd, hasta los 62,06 mbd.

«La participación del crudo de la OPEP en el total global disminuyó en un 0,6 % en diciembre, hasta un 31,6 %», señalan los analistas del grupo, que sitúan la demanda mundial el pasado mes en 100 mbd.

El incremento de la producción de los competidores de la OPEP se mantendrá en 2019 con otros 2,1 mbd adicionales, hasta los 64,16 mbd, y con EEUU liderando la tendencia.

Según datos oficiales, la producción en Estados Unidos aumentó la semana pasada hasta 11,9 mbd, el nivel más alto en cifras semanales desde 1983.

La producción de crudo en EEUU -ya el mayor productor mundial por delante de Rusia y Arabia Saudí- se ha disparado en los pasados 12 meses en más de 2,2 mbd, más de un 15 %, según datos de la OPEP.

Algunos analistas consideran que la estrategia de la OPEP de recortar su producción para mantener los precios elevados apoya de forma indirecta técnicas de extracción no convencionales, como el esquisto en EEUU, una fórmula más costosa que no sería rentable con cotizaciones bajas.

La OPEP mantiene sus cálculos de la demanda de crudo para 2019 en 100,08 mbd, con una algo declinante sed china por los hidrocarburos, compensada por un crecimiento en América Latina y Oriente Medio.

La OPEP también destacó en su análisis el efecto negativo del endurecimiento de la política monetaria en EEUU y en otras partes del mundo, como la Eurozona, en el mercado mundial de la energía.

A juicio de los analistas del cartel, las subidas de los tipos se moderarán o frenarán en 2019, y eso podría tener un efecto positivo en las perspectivas mundiales de crecimiento y en un futuro mayor consumo petrolero.

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