Washington.- Los reguladores financieros en Estados Unidos han reabierto el debate sobre los límites a los bonos para los ejecutivos de Wall Street incluidos, pero nunca aprobados, en la reforma financiera posterior a la crisis de 2008.
Los reguladores debaten de nuevo estos límites que fija la reforma financiera aprobada por el anterior presidente del país, Barack Obama (2009-2017), tras dos intentos en 2010 y 2016 que no llegaron a buen puerto.
Además, los ejecutivos de los bancos también serían partidarios de establecer ahora las normas ante la eventualidad de que un demócrata pueda ganar la Casa Blanca en 2020 y quiera imponer condiciones más duras.
Lo que propondrían la Reserva Federal (Fed), la Oficina del Contralor de la Moneda (OCC) y la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) sería que los grandes bancos difieran los pagos de ciertas compensaciones y revoquen bonos en casos de pérdidas.
Expertos apuntaron a que las prácticas de riesgo adoptadas por ejecutivos de grandes bancos a cambio de suculentos bonos contribuyeron a la crisis financiera de 2008 y Obama criticó las cifras de estas compensaciones tras el estallido de la burbuja financiera asociada a activos inmobiliarios.
En 2017, los pagos en bonos de las firmas de inversión superaron por primera vez los de los años previos a la crisis y los altos ejecutivos de las grandes firmas de Wall Street, como JPMorgan Chase, tuvieron en 2018 importantes incrementos salariales, según el rotativo económico.
Los límites que ahora se debaten tienen su origen en la conocida como Ley Dodd-Frank, una reforma de control financiero que promovió Obama tras su llegada a la Casa Blanca y que reforzaba las exigencias de capital de respaldo a los bancos y les obligaba a llevar a cabo test de resistencia anuales para mostrar su fortaleza.
También prohibía a las instituciones financieras dedicarse a actividades de alto riesgo con el dinero de sus clientes.
Sin embargo, el año pasado el presidente de EE.UU., Donald Trump, impulsó una desregulación que suaviza algunas de las restricciones que imponía la Ley Dodd-Frank y el escrutinio a los pequeños bancos y empresas financieras puestos en marcha para reducir los riesgos después de la aguda crisis de 2008.