En América Latina, en donde hay más de 310 millones de mujeres, emprender por necesidad es una constante para jóvenes que encuentran en el machismo, los embarazos, la falta de escolaridad y las pocas oportunidades laborales las principales barreras para su crecimiento personal.
Cifras reveladas el pasado 1 de marzo en Bogotá durante la “II Reunión de Alto Nivel: El aporte de las mujeres a la Agenda 2030”, indican que en Iberoamérica un 29% no tiene ingreso propio y el 9% de ellas está sin empleo.
Además, según ONU Mujeres, el 59% de las “mujeres más vulnerables” en esta región son madres a los 19 años.
Por ello, “crear un negocio surge como una forma de compaginar el trabajo con las responsabilidades de cuidado y para muchas es la única opción de obtener ingresos”, indicó la responsable de Empoderamiento de la Mujer de la Fundación Microfinanzas BBVA, Laura Fernández.
De este modo, el emprendimiento se convierte en un “antídoto” contra la discriminación laboral y otras barreras de acceso al empleo formal.
Por su parte, el Organismo Iberoamericano de Juventud (OIJ) dio a conocer recientemente que en Latinoamérica el porcentaje de mujeres jóvenes que emprenden como salida laboral duplica al de los hombres.
Al hablar de Colombia, datos oficiales indican que la participación de las mujeres en el mercado laboral dio un salto importante al pasar del 46 al 54% entre 2008 y 2012 en términos de inclusión en varios sectores de la economía.
Sin embargo, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) precisó que entre 2014 y 2017 la participación laboral se estancó en alrededor del 54%.
A esto se suma el hecho de que en 2017 la tasa de desempleo anual de las colombianas fue del 12,3 % frente al 7,2 % de los hombres, y que el número de ellas que ganaban menos de un salario mínimo mensual (53,4 %) fue más que el de ellos (41,7 %).
En ese sentido, la vicepresidenta colombiana, Marta Lucía Ramírez, señaló que “empoderar a la mujer económicamente significa que pueda tener la libertad de elegir la vida que quiere llevar porque tiene plena autonomía económica para poder hacerlo”.
Y es que, según la responsable de Empoderamiento de la Mujer de la Fundación Microfinanzas BBVA, a la hora de las finanzas “ellas son más vulnerables que los hombres”.
De hecho, nueve de cada 10 mujeres que en 2018 accedieron por primera vez a un crédito con la Fundación Microfinanzas BBVA estaban en situación de vulnerabilidad, es decir generaban ingresos inferiores a la línea de pobreza nacional o tenían un riesgo alto de caer en la pobreza frente a casi el 80 % de los hombres.
A pesar de lo anterior, el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), considerado uno de los informes más prestigiosos sobre emprendimiento en el mundo, dio a conocer en 2017 que Colombia registró el mayor crecimiento de América Latina y el Caribe en términos de proporción de mujeres que participa en actividades emprendedoras.
Así, el país pasó del 15% del total de mujeres en 2014 al 25% en 2016, lo que representa un aumento del 68%, mientras que en el resto de la región el número de las emprendedoras subió solo un 1%.