WASHINGTON – El crecimiento económico de Estados Unidos se aceleró en el primer trimestre, pero se vio impulsado por la actividad comercial y la mayor acumulación de bienes no vendidos desde el 2015, en factores temporales que probablemente se revertirán en los próximos meses.
El Producto Interno Bruto (PIB) se expandió un 3,2 por ciento a tasa interanual en el primer trimestre, dijo el viernes el Departamento del Comercio, en su primera lectura del periodo. El crecimiento también se vio alentado por un aumento en la inversión del Gobierno, que compensó una fuerte desaceleración de los gastos de los consumidores y las empresas.
De todas formas, el reporte mixto podría dispersar los temores iniciales a una recesión avivados por una serie de datos económicos débiles hacia el comienzo del año. Esa preocupación fue exacerbada por una breve inversión de la curva de rendimientos los bonos del Tesoro.
La economía estadounidense avanzó a un ritmo de 2,2 por ciento en el periodo de octubre a diciembre. Economistas encuestados por Reuters habían previsto que la economía del país crecería un 2 por ciento en los primeros tres meses del año.
El crecimiento se ha desacelerado desde la tasa de 4,2 por ciento del segundo trimestre de 2018, cuando los recortes de impuestos por 1,5 billones de dólares que lanzó la Casa Blanca apuntalaron el gasto del consumidor. La economía cumplirá 10 años de expansión en julio, el periodo más prolongado en su historia.
Es probable que las autoridades de la Reserva Federal ignoren el dato general del PIB para centrarse en las lecturas sobre la demanda local, que aumentó apenas 1,3 por ciento, su menor ritmo desde el segundo trimestre del 2013.
COMERCIO FUERTE, GASTO SIGUE DÉBIL
Las exportaciones se incrementaron y las importaciones bajaron en el primer trimestre, lo que generó un pequeño déficit que sumó 1,03 puntos porcentuales al cálculo del PIB tras representar un aporte neutral en el cuarto trimestre.
Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China han causado fuertes oscilaciones en el déficit comercial, ya que tanto exportadores como importadores intentan adelantarse a la guerra arancelaria entre los dos gigantes económicos.
La disputa también tuvo un impacto en los inventarios, que crecieron a un ritmo de 128.400 millones de dólares en el primer trimestre, su tasa más robusta desde el segundo periodo del 2015. En parte esto se debió a la menor demanda, en particular del sector automotor, que se espera impacte la producción fabril más adelante.
Los inventarios contribuyeron con 0,65 puntos porcentuales al crecimiento trimestral del PIB.
Pero el gasto del consumidor, que representa más de dos tercios de la actividad económica, se desaceleró a un alza de 1,2 por ciento, desde el 2,5 por ciento del cuarto trimestre, al reflejar un declive de las compras de autos y otros bienes. También se produjo un enfriamiento del consumo en servicios.
En tanto, los gastos de las empresas en equipos se frenaron bruscamente, al avanzar a un ritmo de apenas 0,2 por ciento, su menor nivel desde el tercer trimestre del 2016. La medición se vio afectada por magros desembolsos en maquinaria para la industria agrícola y muebles de oficinas.