El Banco Central, el tipo de cambio y las tasas de interés

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El Banco Central de la República Dominicana en interés de mantener debidamente edificada a la opinión pública y evitar que se genere incertidumbre que afecte de forma innecesaria las expectativas de inversionistas internacionales, agentes económicos y la sociedad en general, se ha visto en la obligación de publicar una nota aclaratoria en referencia a las afirmaciones del ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Isidoro Santana, sobre el manejo de la política monetaria y su incidencia en el tipo de cambio y las tasas de interés. Los comentarios del ministro Santana fueron reseñados el pasado 11 de junio en el periódico Hoy y forman parte de una conferencia dictada en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) que fue publicada como documento oficial del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo bajo el título “La perspectiva de la República Dominicana en el marco de las cambiantes tendencias mundiales”.

De forma particular, el ministro Santana afirmó que “el Banco Central está obligado, por interés propio, a mantener altas tasas de interés real y una tasa de cambio sobrevaluada como una forma de garantizar la permanente entrada de capitales a República Dominicana”. En primer lugar, respecto a la tasa de cambio, es preciso aclarar que en las argumentaciones del ministro, que parecerían promover una injustificada depreciación del peso dominicano, se observa una marcada contradicción con las evaluaciones realizadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y las diversas investigaciones del Banco Central. En estos estudios se demuestra que no existe evidencia de desalineamiento en la tasa de cambio real, lo cual indica que esta variable es consistente con los fundamentos macroeconómicos de nuestro país.

La afirmación del ministro Santana resulta sorprendente si se contrasta con el hecho de que en los últimos años el tipo de cambio ha mostrado una depreciación real con relación a su principal socio comercial, lo que ha contribuido a reducir de forma significativa el déficit de cuenta corriente, de 7.5 % del producto interno bruto (PIB) en 2011 a 1.4 % en 2018. Este impacto positivo del tipo de cambio real en la competitividad y el buen desempeño del sector externo, unido al proceso de consolidación de las finanzas públicas, ha permitido a la República Dominicana fortalecer sus fundamentos macroeconómicos por medio de la disminución de los llamados “déficits gemelos”, es decir, de cuenta corriente y fiscal.

Lo más importante es que la notable mejoría de las cuentas externas ha creado las condiciones para una acumulación histórica de reservas internacionales. En efecto, al 5 de junio las reservas internacionales netas, excluyendo los depósitos del Gobierno de las emisiones de bonos soberanos, superaron los US$8 mil millones, cercano al 10 % del PIB que es considerado como el nivel óptimo de reservas, según la metodología de Jeanne-Rancière del FMI.

En segundo lugar, con respecto a la tasa de interés, rechazamos enfáticamente que exista una conducta deliberada del BCRD para mantener altos niveles de tasas de interés real con el objetivo de evitar salidas de capitales. En el Banco Central, las decisiones de política monetaria que procuran influir sobre la dinámica de las tasas de interés tienen como objetivo principal cumplir con su mandato constitucional de mantener la estabilidad de precios. La realidad es que el nivel promedio anual de la tasa de interés real activa durante 2018 fue el más bajo de los últimos 5 años, lo cual ha contribuido al dinamismo del crédito privado, que se ha expandido en torno a 13 % interanual durante este período, superior al crecimiento del PIB nominal. Indudablemente la rápida expansión del crédito privado ha jugado un rol importante en promover la inversión y el consumo privado, principales determinantes del alto crecimiento económico que ha logrado la República Dominicana, con una inflación por debajo del límite inferior de la meta de 4% ± 1%.

Por último, el ministro Santana realizó una serie de argumentaciones para concluir que las acciones del BCRD constituyen “un obstáculo insalvable para mejorar la competitividad, elevar el empleo formal, incrementar los salarios reales y reducir la pobreza”. Sobre este particular, diversos organismos internacionales han reconocido los avances en materia de los indicadores sociales, apoyados en el robusto desempeño de la economía dominicana. Con relación al mercado laboral, datos de la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo del Banco Central, muestran que en los últimos seis años se han creado más de 800 mil empleos netos. De forma particular, durante los últimos doce meses se crearon más de 150 mil empleos, de los cuales aproximadamente el 80 % pertenecen al sector formal. Cabe destacar que luego de un período prolongado de estancamiento en los salarios reales, a partir del 2013 se ha experimentado una mejoría gradual de los salarios reales, apoyados en los bajos niveles de inflación y en el dinamismo de la actividad económica.

Con respecto a la pobreza, resulta difícil de creer que la afirmación del ministro Santana contradiga las cifras provenientes del Comité Interinstitucional de Pobreza, y publicadas por el propio Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, que atestiguan que la pobreza general se ha reducido significativamente en República Dominicana, al pasar de 39.7 % en 2012 a 22.8 % en 2018. De la misma forma, la pobreza extrema disminuyó de 9.9 % a 2.9 % durante este período, esto equivale a que unas 650,000 personas salieron de esta condición de alta vulnerabilidad.

Finalmente, el Banco Central considera que el flujo de capitales hacia la República Dominicana no es el resultado de altas tasas de interés reales y de un tipo de cambio sobrevaluado como argumenta el ministro Santana. Es más bien un reflejo de la confianza que tienen los inversionistas en la implementación de políticas económicas efectivas y en los fuertes fundamentos de nuestra economía, tal como lo destacara recientemente el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional.

Para el Banco Central de la República Dominicana, preservar la confianza de los inversionistas y mantener ancladas las expectativas de los agentes económicos es un deber ineludible. Por tal razón, nos hemos visto precisados a publicar esta nota aclaratoria como forma de ratificar nuestro compromiso constitucional con la estabilidad de precios, a fin de contribuir con el crecimiento económico sostenido y con la mejoría en la calidad de vida de los dominicanos.

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