El presidente de los EE. UU., Donald Trump, adelantó el choque comercial con el anuncio de nuevos aranceles para productos chinos por valor de 300,000 millones de dólares; China respondió dejando caer su divisa con fuerza.
La batalla arancelaria detonó una guerra de divisas entre las dos potencias, provocando fuertes caídas en las Bolsas de todo el mundo y que Wall Street sufriera la peor jornada del año. El Dow Jones cerró con una caída del 2,9% y el S&P 500 de un 2,98%. La caída del yuan hundió primero las Bolsas asiáticas, después las europeas y más tarde las norteamericanas.
Ahora se necesitan 7 yuanes para comprar un solo dólar, algo que llevaba sin pasar desde abril de 2008, lo que podría ser un síntoma de lo que está por venir.
El presidente estadounidense, Donald Trump, acusó en varias ocasiones a Pekín de devaluar de forma artificial su moneda para favorecer sus exportaciones. Pero la Reserva Federal, tras haber investigado esta cuestión, ha desistido de acusar a China de manipular su divisa.
Por su parte, el Banco Popular de China (BPC) ha expresado su “firme oposición” a la decisión “unilateral” del Departamento del Tesoro de EE. UU. de designar al gigante asiático como manipulador de divisas.
“La decisión de la Administración de Trump no solo socavará gravemente el orden financiero internacional, sino que también desencadenará turbulencias en el mercado financiero, obstaculizará en gran medida el comercio internacional y la recuperación económica mundial”, ha advertido el Banco Central chino, y ha recomendado a las autoridades de EE.UU. “regresar a la senda de la racionalidad y la objetividad”.
Tras la tormenta vivida ayer en los mercados, el yuan está hoy tranquilo. El dólar sigue intercambiándose por más de 7 yuanes (el nivel más bajo en 11 años y que por primera vez tocó ayer) pero hoy no está viviendo apenas movimientos. El yen japonés, el euro y el oro, activos considerados como refugio en momentos de turbulencias, se encarecieron anoche tras el anuncio del Departamento del Tesoro estadounidense.