El Banco Central Europeo (BCE) prevé que la inversión empresarial se mantenga contenida, debido a la elevada incertidumbre y a márgenes de beneficio reducidos, pero que el consumo privado siga creciendo, pese a la caída en el tercer trimestre.
En su informe económico más reciente, publicado hoy, el BCE dice los últimos datos y los resultados de las encuestas señalan “un crecimiento económico moderado, pero positivo, en el segundo semestre de 2019”, por la debilidad del comercio mundial y las incertidumbres.
La Comisión Europea (CE) rebajó este jueves una décima su previsión de crecimiento económico en la eurozona durante 2019, hasta el 1.1%, mientras que para 2020 la estimación descendió dos décimas, hasta el 1.2%.
El BCE advierte de que el riesgo de que la debilidad del sector manufacturero se contagie a los servicios “es especialmente relevante en el ámbito de los servicios empresariales”.
Estos sectores que pueden clasificarse como servicios empresariales abarcan parte del transporte; parte de los servicios relacionados con las tecnologías de la información y otros servicios; los servicios profesionales, científicos y técnicos, y algunos servicios administrativos y auxiliares.
Durante la fase más reciente de ralentización de las manufacturas, la mayor parte de estos sectores han crecido a un ritmo vigoroso, apostilla el BCE.
El sector servicios es un importante motor de la actividad económica general de la zona del euro y representa más del 70% del valor añadido total.
Los servicios de no mercado, que comprenden la educación y las actividades sanitarias, constituye alrededor de una tercera parte del total de servicios y su crecimiento tiende a ser estable.
Pese a la desaceleración de las manufacturas, todos los servicios en general “han registrado hasta ahora unos niveles de actividad relativamente sólidos”, por la demanda interna, según el BCE.
La inversión, excluida la construcción, creció un 11 % intertrimestral en el segundo trimestre de 2019 en la zona del euro.
“Este avance se debió principalmente al acusado incremento registrado en Irlanda, reflejo del grado de apertura y de la volatilidad de los flujos de capitales de la economía irlandesa”, según el BCE.
Sin embargo, la confianza industrial en este sector disminuyó en septiembre, debido a la intensificación de los conflictos comerciales y de los riesgos geopolíticos.
La debilidad de los márgenes empresariales, que bajan desde mediados de 2017, también sugiere que se frena la inversión empresarial.
Además, el nivel de utilización de la capacidad productiva en el sector manufacturero desciende desde el primer trimestre de 2018.
El BCE considera que las condiciones de financiación favorables, que se reflejan en el acceso al crédito de las empresas, seguirá respaldando la inversión empresarial.
Los datos recientes sobre el volumen de ventas del comercio minorista y las matriculaciones de automóviles apuntan a que, en el tercer trimestre de 2019, el gasto en consumo habría descendido ligeramente con respecto al segundo trimestre.
“Sin embargo, otros indicadores corroboran la idea de que se mantuvo el crecimiento sostenido del consumo”, añade la entidad.
La confianza de los consumidores, que comenzó a disminuir a finales de 2017, se ha estabilizado a lo largo de 2019 y en octubre se situó en un nivel próximo al de principios de año.
El comercio de bienes de la zona del euro se mantuvo estable en niveles reducidos en agosto.
Las exportaciones de bienes a países no pertenecientes a la zona del euro se recuperaron en agosto (con un crecimiento intermensual del 0.4%, frente al 0.2% registrado en julio), pero las importaciones de bienes de fuera de la zona se contrajeron un 1.2%.
Los indicadores adelantados apuntan a la continuación de un crecimiento anémico de las exportaciones a países no pertenecientes a la zona del euro.