Banco Central mantiene su tasa de política monetaria en 4.50% anual

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En su reunión de política monetaria de enero de 2020, el Banco Central (BCRD) decidió mantener su tasa de interés de política monetaria en 4.50% anual.

La decisión sobre la tasa de referencia se basa en el análisis detallado del balance de riesgos respecto a los pronósticos de inflación, incluyendo indicadores macroeconómicos internacionales y domésticos, las expectativas del mercado y las proyecciones de mediano plazo.

La inflación mensual de diciembre fue de 0.20%, mientras que la inflación interanual al cierre de 2019, se ubicó en 3.66%, por debajo del centro de la meta de 4.0% ± 1.0%. La inflación subyacente, que refleja las condiciones monetarias, se ubicó en 2.25% en diciembre. Hacia adelante, tanto las expectativas de inflación de los analistas económicos como el sistema de pronósticos del BCRD, señalan que la inflación se mantendría en torno al valor central del rango meta durante el año 2020.

En el entorno internacional, aún persisten factores de incertidumbre, asociados a tensiones sociopolíticas en varias regiones del mundo y las disputas comerciales entre las principales economías, que han incidido en una desaceleración de la economía global. Más recientemente, se ha incrementado la volatilidad en los mercados financieros internacionales como consecuencia del potencial impacto que pueda generar el coronavirus en la economía China y en el crecimiento mundial. En efecto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la economía global se expandiría en 2.9% en 2019, la tasa más baja en una década, y se recuperaría ligeramente hasta 3.3% en 2020.

Por otro lado, Consensus Forecasts, que agrupa las principales firmas de analistas que realizan proyecciones a nivel internacional, mantiene el pronóstico de un crecimiento mundial moderado, de 2.5% para 2019 y 2020.

La actividad económica en Estados Unidos de América se ha desacelerado gradualmente, al pasar de un crecimiento de 2.9% en 2018 a 2.3% en 2019, mientras que las proyecciones del FMI indican una expansión de 2.0% en 2020 para la principal economía del mundo.

En este contexto y con bajas presiones inflacionarias, la Reserva Federal mantiene una postura monetaria acomodaticia, continuando los programas de provisión de liquidez al sistema financiero a través de acuerdos de recompra (REPOS) y de compras de letras del Tesoro en el mercado secundario, con el objetivo de reducir las tasas de interés de corto plazo. Es importante señalar que, la Reserva Federal y los analistas del mercado no prevén ajustes a la tasa de interés de referencia durante este año.

En cuanto a la Zona Euro, el crecimiento económico se ha deteriorado desde 1.9% en 2018 hasta 1.2% al cierre de 2019, proyectándose 1.3% para 2020. La desaceleración de este bloque de países ha estado influenciada por el débil desempeño del sector industrial en sus principales economías y la ralentización del comercio internacional.

Considerando la ausencia de presiones inflacionarias, el Banco Central Europeo continúa implementando un paquete de medidas expansivas que incluyen una tasa de interés negativa para los depósitos de corto plazo de las entidades financieras, el programa de provisión de liquidez para la canalización de crédito al sector privado y la compra de títulos de deuda soberana en el mercado secundario.

Por otro lado, en América Latina se ha acentuado el deterioro de la actividad económica como consecuencia de los conflictos sociopolíticos en varios de los países de la región. De este modo, el FMI estima un crecimiento regional de apenas 0.1% para 2019 y una recuperación de 1.6% en 2020. La desaceleración económica de la región observada durante el 2019 ha estado influenciada por tasas de crecimiento negativas en México, Venezuela, Nicaragua, Argentina, Ecuador y Paraguay, así como por la modesta expansión de Brasil y el impacto negativo de las manifestaciones sociales en Chile, Bolivia y Colombia.

En cuanto a las materias primas, el precio del petróleo intermedio de Texas promedió US$58 dólares durante el mes de enero, condicionado por conflictos geopolíticos en países productores de crudo y por las perspectivas de una menor demanda mundial. Por otro lado, el precio del oro se ha mantenido en niveles altos, ubicándose por encima de los US$1,550 dólares por onza troy durante el mes de enero, al ser utilizado como refugio de valor en un entorno de alta incertidumbre. Este comportamiento de los precios del petróleo y del oro favorece los términos de intercambio de la República Dominicana y beneficia al sector externo de la economía.

En el contexto doméstico, la economía continúa reaccionado favorablemente a las medidas de flexibilización monetaria, las cuales han impulsado la demanda interna a través de un mayor consumo e inversión privada a partir del segundo semestre de 2019. En efecto, la actividad económica mostró un significativo dinamismo durante el pasado mes de diciembre al registrar un crecimiento en términos interanuales de 6.7%. De este modo, el crecimiento del producto interno bruto (PIB) alcanzó 5.1% en el año 2019, consistente con el crecimiento potencial de la economía.

Las medidas monetarias expansivas implementadas a partir de junio 2019, a través de la reducción de 100 puntos básicos de la tasa de política monetaria y la liberación de más de RD$34 mil millones de recursos del encaje legal a los sectores productivos, contribuyeron a que el crédito privado en moneda nacional se incremente por encima de los RD$104 mil millones durante 2019, mientras que los préstamos privados totales, que incluyen moneda nacional y extranjera, aumentaron en más de RD$127 mil millones en este período. Este dinamismo del crédito privado se ha mantenido durante el inicio del presente año, registrándose una tasa de expansión superior al 12% interanual al cierre de enero. Se prevé que las condiciones monetarias favorables continuarán apoyando el dinamismo de la demanda interna, proyectándose un crecimiento económico en torno a 5.0% – 5.3% durante 2020.

En el sector externo, la cuenta corriente de la Balanza de Pagos presentó un déficit de 1.4% del PIB, similar al del año 2018 y menor al promedio de los últimos diez años. En cuanto a las actividades generadoras de divisas, durante 2019 la inversión extranjera directa alcanzó US$3,012.8 millones y las remesas recibidas ascendieron a US$7,087.2 millones, compensando la moderación reciente del turismo que, a pesar de haber sido afectado por la difusión de noticias negativas, generó ingresos por US$7,468.1 millones. Por otro lado, se ha logrado continuar el proceso de consolidación de las finanzas públicas, al registrarse, de acuerdo a cifras preliminares, un déficit del Sector Público No Financiero de 2.3 % del PIB y un superávit primario de 0.6 % del PIB al cierre de 2019.

En este entorno internacional complejo, República Dominicana ha logrado fortalecer sus fundamentos macroeconómicos, manteniendo la estabilidad relativa del tipo de cambio y continuando con el proceso de acumulación de Reservas Internacionales, que finalizaron el 2019 en US$8,781.8 millones, su nivel histórico más alto para un cierre de año, equivalente a una cobertura de 4.9 meses de importaciones y de aproximadamente 10% del PIB.

El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y al buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos, contribuyendo así al mantenimiento de la estabilidad macroeconómica.

En ese sentido, la institución se mantendrá dando seguimiento a la moderación de la economía mundial y a los factores de incertidumbre tanto externa como interna y su impacto sobre la demanda agregada, encontrándose preparado para continuar reaccionando de forma oportuna ante factores que puedan generar desvíos de la meta de inflación y afectar el crecimiento económico dominicano.

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