El sector de las hipotecas no pasa por su momento estelar. Luego de la burbuja de 2010 y la recesión, que generó un ambiente de incertidumbre en todos los tenedores de capital proveniente de las hipotecas, así como las entidades bancarias prestatarias de créditos inmobiliarios, las hipotecas comenzaron a movilizarse en una curva ascendente que volvió a estabilizar a la industria.
Factores como la contracción financiera y la desaceleración del crecimiento del PIB originaron un distanciamiento de los capitales que habían sido colocados como instrumentos de inversión en millones de hipotecas. Pero a pesar de la nueva Ley Hipotecaria, pese al frenazo de la economía y pese al impacto de la inestabilidad política durante buena parte del año, la concesión de hipotecas subió un 2,7% en 2019 hasta sumar 357.720 contratos, la cifra más alta desde 2011 pero el menor ritmo de crecimiento desde 2014.
Estos números tienen un paralelismo muy peculiar. Y es que el sector llegó a una expansión de casi un 3%, pero su velocidad de crecimiento se redujo debido a la percepción negativa de la sociedad española hacia la figura de la hipoteca como un instrumento financiero de alto riesgo.
En 2019, la subida fue del 2,3% y a partir de ese momento, los avances fueron de dos dígitos: un 20,8% en 2015; un 14,6% en 2016; un 10,7% en 2017 y un 11,3% en 2018. Así hasta el 2,7% de 2019. Estas métricas representan un movimiento expansivo, pero al mismo tiempo regresivo, en el crecimiento de los beneficios y la disminución de la velocidad con la que los dividendos entran a las carteras de los bancos.
No sólo se concedieron más préstamos para vivienda, sino que además fueron de mayor importe: un 0,6% más respecto al ejercicio anterior, hasta los 125.007 euros, según los datos publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Los créditos hipotecarios aumentaron en volumen y tamaño, lo cual es un claro indicio de que al mercado de la vivienda le ha sido inyectada una liquidez mucho más elevada que en 2019 por parte del sector bancario.
«Ese aumento no sólo es prueba del aumento sostenido de los precios de la vivienda, sino también de la mayor estabilidad financiera de las familias españolas», según un reciente informe de Ferran Font, director de Estudios de Pisos.com.
La hipoteca en España está enmarcada ahora en un contexto financiero paradójico, pues crece pero a un ritmo cada vez más bajo. Los números que arroja hasta ahora son positivos, pero los bancos se preparan para una posible recesión del sector si no logran contener los impagos y las altas tasas de morosidad.