El principal banco alemán Deutsche Bank, en dificultades, anunció este jueves la supresión de 7.000 puestos de trabajo en todo el mundo, y la reducción drástica de sus actividades en banca de inversión.
El número total de puestos de trabajo a tiempo completo quedará por debajo de los 90.000, frente a los 97.130 que había en marzo, indicó Deutsche Bank en un comunicado coincidiendo con la asamblea general de sus accionistas celebrada en Fráncfort.
«La reducción del número de puestos de trabajo está en curso», dijo el grupo. Según la prensa alemana podría acabar representando hasta un total 10.000 empleos.
La reducción de personal, que afecta a uno de cada diez empleados, se llevará a cabo en todas las regiones del mundo y en particular en el negocio de banca de inversión, que representa 18.000 empleos.
Deutsche Bank confirma así un cambio de estrategia histórico y deja de lado su ambición de los últimos años de competir con los grandes bancos de inversión de Estados Unidos.
En el origen del cambio de rumbo está Christian Sewing, el nuevo consejero delegado que llegó en abril tras la salida forzada de su predecesor, el británico John Cryan.
«Continuamos apoyando nuestra banca de inversión y seguimos siendo internacionales (…) pero tenemos que concentrarnos en lo que hacemos realmente bien», indicó Sewing. «Somos la alternativa europea en el negocio de la financiación y de los mercados de capitales», añadió.
Deutsche Bank prevé unos gastos de restructuración de 800 millones de euros, en particular para pagar las indemnizaciones de despido de sus empleados en banca de inversión.
– ‘Concentrarse en Europa’ –
La supresión de puestos, que ya fue anunciada en abril, afectará principalmente a Estados Unidos y a las actividades del banco en Asia.
La reducción del negocio de inversión de la entidad bancaria también implicará la de sus activos de riesgo en 100.000 millones de euros, un 10% del total de esta actividad, que en marzo de 2018 representaban 1,05 billones de euros.
Concentrando sus negocios en Europa, el banco alemán espera reducir sus costes en al menos 23.000 millones de euros este año, pero sin tener que vender activos.
La supresión de 7.000 puestos de trabajo pone fin a años de refuerzo de una división de Deutsche Bank que llegó a ser muy importante antes de convertirse en un lastre financiero.
Entre mediados de los años 1990 y hasta 2012, bajo la dirección del suizo Josef Ackermann, el banco intento ser líder en banca de inversión para competir con los gigantes estadounidenses y dejó de lado su actividad de banca minorista.
Pero en los últimos años la entidad se vio inmersa en varios procesos judiciales que la hicieron perder cuota de mercado en este sector.
Deutsche Bank lleva tres años con pérdidas y sus acciones han caído en un tercio de su valor en lo que va de año por la desconfianza de los inversores en su capacidad para recuperarse.
En 2017 la entidad registró un resultado neto negativo de 735 millones de euros, con una caída de sus ingresos del 12% .