La industria cementera trabaja en valorización energética

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El coprocesamiento, proceso mediante el cual ingresar al horno cementero desechos previamente acondicionados que sirven como energía térmica o materia prima en el proceso de producción del cemento, reduce la contaminación ambiental y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), genera empleo directo e indirecto y es una fuente alternativa de energía, de acuerdo a la Federación Internacional del Cemento (Ficem).

El gerente de sostenibilidad de la Ficem, Camilo Sánchez, explicó que la industria cementera ha trabajado en el coprocesamiento porque ha visto que ya no es una opción, “es una necesidad”. Exhortó a pensar en la economía circular y en los productos de sostenibilidad para el manejo de residuos.

Estas palabras fueron ofrecidas durante el coloquio “Gestión Integral de Residuos: de la utopía a la realidad”, organizado por la Asociación Dominicana de Productores de Cemento Portland (Adocem), la Red Empresarial para la Protección del Medio Ambiente (Ecored) y la Federación Interamericana de Cemento (Ficem), con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Sánchez señaló que debido a la importancia de este tipo de tema, la Ficem creó un comité en el cual se identificó que la industria se ha comenzado a unir al proceso de la economía circular reincorporando un material que la sociedad desecha en su proceso productivo y no solamente en la etapa inicial.

“El concreto, el cual se crea a partir del cemento, es el segundo elemento más utilizado, después del agua, y tiene una vida muy larga. En este material se pueden incorporar residuos como las cenizas o los escombros de las ciudades y además es reciclable, es un elemento que cumple todos los conceptos de economía circular y que puede generar un proceso de adaptación al cambio climático”, indicó.

Sánchez explicó que la Ficem empezó a evaluar qué había pasado en otros países, donde las tasas de sustitución de combustibles fósiles en la industria cementera se encontraba entre un 80% a un 90%, al utilizar en sus hornos residuos seleccionados.

“Siendo sinceros, a Europa les tomó más de 20 años desarrollar la conciencia y empezar a generar toda la normativa, pero contaron con un tiempo que nosotros no tenemos. Lo que hemos visto en países como Chile, Colombia, Brasil y México, son unas iniciativas de marco regulatorios que comienzan a estimular este proceso, entonces hay unos elementos que deben ser tenidos en cuenta en la administración, como la pirámide en jerarquización de residuos”, dijo.

Esta pirámide consiste en evitar crear residuos, luego minimizar o reducirlos, reciclar- reutilizar, incineración (pre-tratamiento físico-químico) y rellenos (quema o vertederos no controlados.)

Experiencias
El presidente la Ficem y de Cemex Dominicana, Alejandro Ramírez, señaló que República Dominicana se encuentra en un momento clave para poner en práctica las experiencias de América Latina, además de las de Europa.

“Estuvimos en México para aprender de su experiencia y vimos cómo en corto plazo se pueden encontrar soluciones a estos problemas de residuos sólidos y cómo la industria del cemento se vuelve parte de la solución, porque esta puede coprocesar los residuos sólidos urbanos inorgánicos”, dijo.

“En vez de tirarlos en el vertedero (los residuos) los reciclamos en el horno y evitamos estar quemando combustibles fósiles, sin afectar al medio ambiente, se pueden volver parte de la solución. En la ciudad de México pudimos ver todo el proceso”, dijo.

Hornos de cemento
En América Latina y el Caribe la sustitución de combustibles fósiles por alternativos se ha constituido en una contribución a la disminución de las emisiones de CO2 y a la problemática socio-ambiental de los vertederos de la región. Sin embargo, la tasa de sustitución promedio es del 6%, cuando en Europa está alrededor del 40%, según el Informe Anual 2016, de la Adocem.

Esas cifras evidencian el gran potencial y oportunidad para mejorar en la adecuada gestión integral de los residuos, con diferentes cobeneficios, como reducción de emisiones, eficiencia energética, disminución de la contaminación ambiental de los recursos y nuevos encadenamientos productivos. Todos ellos en favor del medio ambiente y la salud pública, dice el informe.

La adopción de estas buenas prácticas ambientales y el uso de nuevas tecnologías dependerán del nivel de desarrollo de los países, los incentivos, financiamiento, desarrollos tecnológicos adecuados y el apoyo de políticas públicas con sus correspondientes marcos normativos, plantea.

Señala la necesidad de un trabajo en conjunto público-privado que asegure el éxito de botaderos, basureros, rellenos sanitarios que se puede alcanzar por la solidez de los marcos regulatorios que impulsan esta práctica para una economía baja en carbono e infraestructura resiliente.

Visión
Circe Almánzar, vicepresidenta de la Asociación de Industrias de República Dominicana (AIRD), señaló que la coordinación efectiva y el establecimiento de roles claros que cada sector debe asumir es clave para superar algunos de los retos que enfrenta el país en materia de residuos sólidos.

Almánzar puntualizó que el tema de la educación ciudadana es vital para que la ciudadanía asuma de forma cabal la importancia del buen manejo de los residuos y apuntó que el sector empresarial está comprometido a jugar un rol de valorización de los residuos como materia prima secundaria.

Mientras, la directora ejecutiva de la Adocem, Julissa Báez, explicó que República Dominicana necesita recursos para hacer un cambio en la gestión de residuos, al igual que en el esquema actual, tomando como referencia los modelos que son implementados en otros países.

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