El crecimiento económico que ha mostrado República Dominicana en los últimos años se convierte en una carta de presentación y soporte que garantiza un mejor perfil para el pago de su deuda externa. El indicador de riesgo de mercado (porcentaje de deuda a tasa de interés variable) pasó de un 14% al 31 de diciembre de 2017 a un 12.8% al cierre del primer trimestre del 2018, dado un mayor financiamiento neto de deuda a tasa fija versus tasa variable.
Los compromisos financieros con acreedores privados representan la mayor ponderación dentro de la deuda externa, y los bonos, en este renglón, equivalen al 65.7%, los cuales pasaron de US$11,564.1 millones, al cierre de 2017, a US$13,311 millones. Esto significa un aumento absoluto de US$1,746.9, es decir, un incremento relativo de 15.1% en los primeros cinco meses de 2018. La deuda pública consolidada cerró el año pasado en US$37,215 millones, una diferencia neta de US$3,112.4 millones respecto a 2016 en que finalizó en US$30,643.3 millones.
“El tema de deuda creciente es generalizado en América Latina. Ha sucedido desde la gran recesión. Prácticamente todos los países han tenido un incremento significativo de su deuda. Un 50% de deuda como proporción del producto interno bruto (PIB), para una economía en desarrollo, todavía es manejable, pero ya se acerca a los niveles en que los mercados observan”, afirma Ernesto Revilla, jefe de Economía de Citi para América Latina.
Revilla, que habló para el periódico elDinero en entrevista en la sede de Citi en Nueva York, destaca que uno de los factores más importantes para República Dominicana es el crecimiento sostenido de la economía con tasas elevadas, incluso por encima de los demás en la región.
Este comportamiento económico, dice, siempre ayuda a mejorar el perfil de pago de la deuda. Además, sostiene, es una deuda que está bien manejada en términos de la madurez y composición. Sin embargo, observa, el reto fiscal es un factor que República Dominicana debe enfrentar, como habrán de hacerlo otros países latinoamericanos.
Según el Ministerio de Hacienda, al 31 de mayo de 2018, el saldo de la deuda del sector público no financiero (SPNF) totalizó US$30,376.6 millones, representando el 38.8% del producto interno bruto (PIB) estimado.
Sobre Argentina
La corrupción es un problema generalizado en toda América Latina y en algunos casos estaría afectando el crecimiento económico. Sin embargo, en cuanto a Argentina, más que la corrupción, considera que es el entorno macroeconómico el que está afectando el crecimiento del producto interno bruto (PIB).
“Es un factor de primer orden. Hay un problema con la volatilidad en el tipo de cambio y que la inflación no disminuye, mientras que el déficit fiscal se mantiene alto”, apunta.
Ecuador
El ejecutivo de Citi explica que sus clientes ven una buena dinámica en Ecuador, especialmente por la voluntad de las autoridades de atacar o enfrentar los retos fiscales del país, ajustar la situación en el mediano plazo e implementar las políticas económicas correctas. Respecto al endeudamiento, señala que es un reto que no es exclusivo de esa nación sudamericana, sino que compete a otras naciones de la región.
“Argentina, contrario a Ecuador, es el caso más claro donde ya se acabó el tiempo y hay que arreglar lo fiscal porque es una condición necesaria. Brasil, sin duda, pero Ecuador sólo tiene que manejar la situación con cautela, pero se ve factible”, explica.
México
Respecto a la posibilidad de que gane Andrés Manuel López Obrador en México, el ejecutivo de Citi dice que “preocupa por una razón; no preocupa el diagnóstico que él tiene del país, que consideramos correcto. Hay un gran enojo en los temas de Estado de derecho, violencia y corrupción que ha enarbolado en su campaña. Tiene razón en que los ingresos han estado estancados por décadas”.
Sin embargo, Revilla se refiere a la preocupación que surge a qué tipo de política aplicará para atacar estos retos, ya que observa que muchas de sus propuestas, aplicadas en América Latina, no han funcionado y que sólo acaban causando más problemas, que generan desequilibrios fiscales que la sociedad en su conjunto acaba pagando.
Dice que aunque no está lo suficientemente claro lo que quiere hacer López Obrador, parte del lenguaje preocupa porque regresa a un México cerrado, donde la productividad no crece y donde los déficit fiscales pueden crecer todavía más.
“Es justamente la incertidumbre. Hay grados de (preocupación por el) populismo y es lo que la izquierda ha hecho en la región. La historia de nuestro continente ha sido pendular, que se mueve de un lado al otro y luego regresa. Y México, como hemos comentado, ha estado aislado de esos métodos, siguiendo una ortodoxia macroeconómica desde la Crisis del Tequila y justo la duda es si será un izquierdista al estilo Michelle Bachelet, o de Cristina Fernández, o de Nicolás Maduro o de Rafael Correa”, afirma.
Relación con el PIB
De acuerdo con los datos oficiales, el saldo de deuda del sector público no financiero (SPNF) está compuesto en un 66.74% por deuda externa, la cual presentó un saldo insoluto de US$20,274.4 millones, mientras que el 33.26% restante corresponde a deuda interna, que totalizó RD$498,232.8 millones, equivalente a US$10,102.1 millones, a la tasa de cambio de RD$/US$=49.3195.
Estos montos representan el 25.9% y el 12.9% del PIB estimado, respectivamente. Del total de la deuda interna, según el informe de la Dirección de Crédito Público, cerca de US$2,805.6 millones (3.6% del PIB) es deuda intragubernamental, es decir, la deuda contraída por una institución del gobierno con otra, como son los bonos emitidos por el Gobierno central para la capitalización y recapitalización del Banco Central.
Comportamiento
Al cierre del primer trimestre de 2018, los indicadores de riesgo del portafolio de deuda pública del sector público no financiero (SPNF) experimentaron variaciones mixtas respecto a la situación presentada al cierre del trimestre anterior, reflejándose una disminución de los riesgos de mercado, medido por el ratio deuda en moneda extranjera, y el ratio de deuda a tasa variable.
A su vez, indica el informe de Hacienda, se observa una disminución del riesgo de refinanciamiento dado un menor porcentaje de deuda de corto plazo. De hecho, entre los principales avances que reconoce Ernesto Revilla está el plazo de maduración de la deuda, que permite al país reducir los riesgos de atrasos en el cumplimiento.