La inversión extranjera directa (IED) es un componente importante para el desarrollo de los países. Comprende, principalmente, tanto la compra de acciones en sociedades constituidas en el extranjero como la creación de nuevas empresas.
La entrada de inversión extranjera directa tiene un impacto positivo en el dinamismo económico de los países que la reciben. Dicho impacto es aún más significativo cuando el receptor es un país en vías de desarrollo, ya que contribuye a generar mayor disponibilidad de capital, y a la creación de nuevos emprendimientos productivos y a la expansión de los existentes. Esto se traduce, en principio, en una mayor capacidad productiva, mayor generación de empleos y mayores ingresos.
Durante el período 2008 -2017, América Latina y el Caribe, y el Este de Asia y el Pacífico fueron las regiones que, en promedio, recibieron mayor volumen de inversión extranjera directa neta. En cambio los países de África, Medio Oriente y el Sur de Asia, fueron las que menores flujos de IED recibieron.
Un punto destacable es la procedencia de los principales flujos de inversión extranjera directa. La mayor parte de las IED durante el período analizado provino de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Por regiones del mundo, los países de Europa y Asia Central, y Norteamérica registraron salidas netas de flujos de IED. Es decir, la inversión extranjera directa que recibieron éstas regiones fue menor a la que éstas hicieron en otras regiones.
América Latina fue la región que mayor volumen de inversión extranjera directa recibió en comparación a las demás. Dentro de esta región, los países que mayor volumen de IED recibieron fueron Brasil, México y Colombia. República Dominicana se posicionó por debajo del promedio regional, entre Panamá y Costa Rica, como el octavo país que mayor IED registró en la región.
En cuanto a la reinversión de utilidades, una forma de inversión extranjera directa, la misma representó el 55.4% del registro total de inversión extranjera directa en América Latina durante el año 2017. En el caso de República Dominicana, el porcentaje fue de 37.3% en 2017. Sin embargo, durante los últimos 10 años, el 42% de la IED registrada procedió de la reinversión de utilidades de empresas ya establecidas en el país.
Durante los últimos años, la inversión extranjera directa en República Dominicana ha crecido lentamente. Las estadísticas de IED muestran picos en algunos años, debido a inversiones coyunturales. La tendencia estaría indicando que el país debe enfocarse en mejorar su clima de negocios para atraer un flujo real de capitales, de forma constante. Esto contribuirá a incrementar la capacidad productiva del país mediante la creación de nuevos procesos productivos.
Conclusión
Los flujos de inversión extranjera directa contribuyen a incrementar la disponibilidad de capital de los países en economías que necesitan mayores recursos para el establecimiento de más y mejores procesos productivos. De esta forma, se genera una mayor cantidad de empleos, a la vez que se eleva el nivel promedio de ingresos dentro la economía.
Entre 2008 y 2017, en promedio, América Latina y el Caribe fue la región que mayor flujo de inversión extranjera directa recibió, estando por encima del Este de Asia y el Pacífico y de las demás regiones en vías de desarrollo. La mayor parte de esta inversión llegó a Brasil, México y Colombia.
En el caso de República Dominicana todavía existe posibilidad de atraer una mayor entrada de inversión extranjera directa, lo cual contribuiría a incrementar la capacidad productiva del país. Para lograr este objetivo, es necesario mejorar el clima de negocios, reduciendo los costos institucionales de vivir y hacer negocios que desincentivan las actividades productivas formales en el país.