El sector de la banca en la sombra y el cambio climático son dos riesgos importantes que amenazan la estabilidad financiera en Europa, también del sector asegurador.
Esta es una de las conclusiones de la tercera conferencia anual del Consejo Europeo de Riesgo Sistémico (ESRB por sus siglas en inglés).
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, advirtió de que el sector de banca en la sombra, que son entidades que realizan funciones bancarias clásicas sin ajustarse a la normativa y sin supervisión, cada vez tiene más importancia en la financiación de la economía.
En la inauguración de la conferencia, Draghi dijo que la banca en la sombra representa ahora el 40% del sistema financiero de la Unión Europea (UE).
El valor de los activos totales de la banca en la sombra supera los 42 billones de euros, según Draghi, que preside este organismo que se creó tras la crisis financiera para vigilar los riesgos para la estabilidad del sistema financiero.
Draghi dijo que es necesario un “entendimiento más detallado de los trabajos internos de partes significativas del sistema de banca en la sombra de la UE para valorar si las transacciones están o no asociadas con un incremento en riesgo y vulnerabilidades”.
Draghi puso como ejemplo los fondos del mercado inmobiliario, que pueden usar derivados para cubrirse del riesgo de los tipos de cambio, pero también para ganar exposición de mercado.
“Algunos países, especialmente Irlanda han iniciado una recopilación de datos nacionales detallados para mejorar su entendimiento”, apostilló Draghi.
También pidió nuevos instrumentos para gestionar los riesgos del sector de la banca en la sombra y dijo que es necesaria información detallada de calidad para poder valorar riesgos como el apalancamiento de este sector.
“Los políticos necesitan un amplio juego de herramientas de prudencia macroeconómica para actuar en caso de que los riesgos migren fuera del sector bancario o surjan nuevos”, según el presidente del BCE.
El sector asegurador también necesita mejores instrumentos de los que ya dispone en estos momentos a través de la regulación.
Otros participantes en la conferencia como el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney; el del Sveriges Riksbank (banco central de Suecia), Stefan Ingves, y el del Banco de Francia, Francois Villeroy de Galhau, alertaron del riesgo que supone el cambio climático para la estabilidad financiera.
Ingves dijo que existen riesgos físicos directos como la sequía, las inundaciones y otros fenómenos meteorológicos, pero también existen “riesgos transitorios, que van a afectar a los hogares”.
Por ejemplo, Ingves señaló que hay compañías aseguradoras que se niegan a asegurar casas que están cerca del mar porque se prevé que vayan a subir el nivel del mar u otras en regiones donde se prevén inundaciones.
Villeroy de Galhau consideró que si las aseguradoras no cubren los riesgos, éstos son un riesgo para los bancos y el sistema financiero.
Por ello varios bancos centrales y supervisores han creado un grupo de trabajo llamado Network for Greening the Financial System (NGFS Red para reverdecer el sistema financiero).
Fue el Banco de Francia el que lanzó en París este grupo de trabajo en diciembre del año pasado y del que ya son miembros 18 bancos centrales de cinco continentes, entre ellos el Banco Popular de China y el Banco Central de Australia.
Villeroy de Galhau dijo que quieren dar una conferencia en abril del próximo año en París, cuando también publicarán previsiblemente su primer informe.
El gobernador del Banco de Francia añadió que las pruebas de resistencia que se realizan a los bancos deberían incluir el cambio climático y deberían considerar las consecuencias económicas de los fenómenos relacionados con el cambio climático.
De hecho, la prueba de resistencia del organismo supervisor del sector asegurador y de las pensiones ocupacionales europeo EIOPA, incluye un escenario en el que se tiene en cuenta el impacto de las catástrofes naturales en los resultados de las compañías de seguros.