ARTICULO: Estabilidad financiera

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Por Félix Santana García
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En los últimos días Funcionarios del sector público dominicano se han referido a la estabilidad financiera que conforme su óptica exhibe con orgullo la nación dominicana, llegando a aseverar que la misma está garantizada y que por lo tanto no hay porque preocuparse, pues las habilidades administrativas del superior gobierno así lo dan por seguro sin que haya un solo dejo de incertidumbre o desconfianza de que esto no pueda cumplirse a cabalidad.

Según los señalados pronunciamientos de funcionarios del área económica y financiera, lo anterior es el resultado de un manejo responsable dado por el actual gobierno a las finanzas públicas el cual ha sido y seguirá siendo la clave para garantizar la envidiable estabilidad económica que hoy en día se vive en la República Dominicana.

Afirman que debido a los denodados esfuerzos que el gobierno realiza los distintos sectores del país pueden estar seguros y tranquilos de que en la actual coyuntura la nación dominicana continuará su ruta hacia el crecimiento sostenible con estabilidad económica.

Así como también por las estrategias efectivas que ha implementado el gobierno permitiendo disminuir el déficit o faltante pronunciado que viene presentado el Presupuesto General del Estado.

De manera que conforme a algunos funcionarios del área económica y financiera todo está bajo un estricto control el cual no permite ni la más mínima preocupación.

Lo anterior suena o huele a un mundo perfecto donde no existen los impuestos, la inflación el aumento o decremento de las tasas de intereses, en fin un mundo si se quiere inexistente o tal vez en el país de las maravillas.

Lo ideal en la vida es que todo funcione a la perfección o a pedir de boca donde empresas y gobiernos marchen sin tropiezos ningunos, pero la vida lamentablemente no es así, pues el mundo está conformado por seres imperfectos los cuales a diario comenten errores y cuando pecan ante el Dios Supremo lo hacen cuando menos 7 veces al día.

Ante un entorno tan turbulento como el que hoy viven los países que conforman el planeta tierra sería cuesta arriba hablar de forma absoluta y no de manera relativa.

El solo hecho de pensar que las finanzas públicas dominicanas han presentado en los últimos 9 años de forma continua déficit fiscales por más de RD$720,000 millones en promedio que le han llevado a endeudarse de forma sostenida por más del 50% del Producto Interno Bruto (PIB), que por cada peso recaudado mínimo se dedican más de 20 centavos para el pago de cada peso que se debe

Que se busca disminuir el déficit fiscal con cargo a dejar de ejecutar el gasto de capital o a no realizar inversiones a largo plazo no significa un buen manejo presupuestal y mucho menos que no se coadyuve a desarrollar el país desde el punto de vista económico y social.

Que el país presente déficits: habitacional, de energía eléctrica, de balanza de pagos, de bajas exportaciones, de altos costos en la producción de los bienes y servicios que evitan que las empresas sean competitivas.

Que muchos caminos, escuelas, centros de salud, entre otras obras requeridas por las distintas comunidades no se hayan construido.

Cuando el presupuesto de la universidad del Estado presenta cada año un déficit o faltante que no le permite destinar fondos para la investigación y el desarrollo no se puede decir que el país está viento en popa ante estas variables endógenas en continua amenaza de la estabilidad económica y financiera.

Y en el plano internacional con un aumento de precio del petróleo, con una guerra comercial que puede desacelerar lo que hasta hoy se ha logrado en materia de crecimiento económico y social no se puede hablar a boca llena que todo está bajo control.

Dijo Paul Krugman (1990) que la productividad no lo es todo, pero a lo largo lo es casi todo y el Presidente John F. Kennedy (1962) dijo que: “La tarea de la estabilidad económica exige impedir que la economía se aleje demasiado de la senda de continuo y elevado empleo”.

Con una economía norteamericana en crecimiento, que si bien es cierto que en cuanto a remesas y turismo, puede favorecer a la nación dominicana pero no menos cierto que debido a los continuos aumentos de las tasas de interés por causa de la apreciación del dólar, provocaría fugas de capitales del país hacia el país del norte y encarecería el costo del dinero, tampoco se podría decir que todo está bajo control.

Cuando el Banco de Pagos Internacional (BPI) o (BIS en sus siglas en inglés), informa que la economía mundial está titubeando y que los bancos centrales podrían carecer de recursos si las cosas empeoran y que estos no están preparados para hacer frente a una próxima crisis global, no se podría decir que no hay amenaza que preocupe a la nación dominicana.

Es preocupante que funcionarios del gobierno se expresen de manera tan optimista ante el estado actual de las finanzas públicas del país cuando es un secreto a voces de que las mismas están quebradas y que hoy el país es sujeto de crédito por el hecho de que se pagan deudas con más deudas pero es preocupante el nivel de endeudamiento que presenta el país, el incremento de los combustibles y el pronunciado faltante presupuestal que todos los años llevan al país al apalancamiento operativo y financiero para poder enfrentar sus compromisos corrientes.

Es penoso que funcionarios del gobierno se den a la tarea de desinformar al país y se quiera tapar el sol con un dedo cuando la gente de a pie saben que no comen debidamente y que se diga o afirme que el gobierno ha sacado de la pobreza a más de 800,000 a 1,000,000 de dominicanos.

El primer paso para comenzar a subsanar una enfermedad es reconocer la misma a los fines de buscar el antídoto que vaya a paliar o curarla.

Si no se habla con claridad a la población sobre los nubarrones que hoy se ciernen sobre el país relativos a las deterioradas finanzas públicas y se procura combatir el flagelo de la corrupción que tanto daño ha hecho y sigue haciendo a las finanzas públicas no se debe estar pintando pajaritos en el aire, pues las finanzas expresan que: más vale pájaro en mano que cien volando.

Que se elabore y aplique una reforma fiscal holística que permita mejorar las recaudaciones pero que también se eficientice el gasto público, combatiendo la duplicidad de funciones institucionales, las nóminas parasitarias y se elimine el alto gasto publicitario del gobierno, así podría hablarse de estabilidad financiera, porque recuérdese que el problema no son los ingresos sino los gastos. Si no hay disciplina que no se esperen resultados positivos.

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