El índice de precios del consumo (IPC) en Estados Unidos bajó en diciembre un 0.1%, con lo que la inflación anual se ubicó en el 1.9%, informó este viernes el Gobierno.
En 2017, la inflación en Estados Unidos cerró en el 2.1%.
La inflación subyacente, que excluye los productos de precios más volátiles como energía y alimentos, se mantuvo sin cambios y cerró el año en el 2.2%.
El descenso en los precios en diciembre supone el primero en nueve meses.
Los precios de la energía bajaron un 3.5%, arrastrados por la caída del 7.5% en la gasolina, mientras que los de los alimentos subieron un 0.4%.
Con el dato del último mes del año, la inflación ofrece un respiro a la Reserva Federal para avanzar con más cautela en su ritmo de ajuste monetario.