El comercio exterior de China creció un 9.7% interanual en 2018, cifra que representa una ralentización de 4.5 puntos porcentuales con respecto al avance del año pasado debido a factores como la guerra comercial que el país asiático mantiene con Estados Unidos, según cifras divulgadas este viernes por la Administración General de Aduanas de China.
En el acumulado total de 2018, las exportaciones aumentaron en un 7.1% interanual, mientras que las importaciones lo hicieron en un 12.9%, provocando una reducción del 18.3% en el superávit comercial, según los datos de la Administración General de Aduanas de China contabilizados en yuanes.
El superávit comercial con Estados Unidos, una de las principales razones que esgrimió el Gobierno dirigido por Donald Trump para elevar los aranceles a productos chinos, se ensanchó en un 14.7% durante 2018 y se situó en 2.14 billones de yuanes (316,685 millones de dólares, 275,989 millones de euros).
Los intercambios de China con ese país registraron un aumento del 5.7% hasta alcanzar un volumen de 4.18 billones de yuanes (618,572 millones de dólares, 538,865 millones de euros).
Este registro, pese a mantenerse en cifras positivas, pone en evidencia el efecto de la guerra comercial entre ambos países, ya que en 2017 el avance fue del 15.2%.
En un contexto global, los analistas apuntan a las debilidades de la economía china en un contexto de ralentización de la economía mundial y a los efectos negativos de la disputa arancelaria, pendiente aún de las negociaciones entre Pekín y Washington.
Según Louis Kuijs, economista jefe para Asia de la firma de análisis Oxford Economics, es probable que Estados Unidos “suspenda de nuevo el aumento de los aranceles (del 10% al 25% a productos chinos valorados en 200,000 millones de dólares) después de que expire la tregua de 90 días” acordada por Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, el pasado 1 de diciembre.
La semana pasada, equipos negociadores de ambos países mantuvieron en Pekín la primera reunión cara a cara para tratar de poner fin a la disputa y una delegación china podría visitar Estados Unidos en las próximas semanas; la fecha límite para alcanzar un acuerdo es el próximo 1 de marzo.
“No creemos que Estados Unidos anule totalmente el espectro de aumentos de aranceles pronto, pero pensamos que ahora es más posible llegar a un acuerdo que significaría una suspensión más duradera de los nuevos aranceles”, apunta Kuijs.
Oxford Economics, cuyo análisis se centra en los datos del mes de diciembre contabilizados en dólares, explica que las exportaciones a Estados Unidos cayeron un 3,5 % interanual en ese mes debido al efecto retardado de los aranceles impuestos por Washington en el tercer trimestre.
Sin embargo, el documento apunta a que las exportaciones a la Unión Europea (UE) y a Japón también se debilitaron, algo que “es congruente con la ralentización de la demanda global”.
Por su parte, Julian Evans-Pritchard, analista de la consultora británica Capital Economics, se une a este mensaje: “No se puede culpar de todo a los aranceles. Las exportaciones al resto del mundo también se ralentizaron, y las encuestas apuntan a una demanda global más débil en el final de 2018”.
De cara al futuro, Evans-Pritchard considera que “con el crecimiento global dirigiéndose a un mayor enfriamiento este año, las exportaciones seguirán débiles incluso aunque China consiga un acuerdo comercial (con Estados Unidos) que haga a Trump retirar sus aranceles”.
Con respecto a las importaciones, el experto afirma que “no parece que la relajación de las políticas vaya a impedir más caídas de la actividad económica doméstica hasta la segunda parte del año”, por lo que, opina, “el crecimiento de las importaciones seguirá moderándose”.
Desde el Gobierno chino son más optimistas: el portavoz de Aduanas Li Kuiwen señaló que “China se ha enfrentado de forma efectiva a los cambios en el entorno exterior el año pasado”, y que el comercio extranjero “ha mantenido un crecimiento estable y positivo, alcanzando un máximo histórico en volumen de exportación e importación”.