Las perspectivas de la economía mundial para 2019 son poco auspiciosas.
El comercio y las inversiones internacionales se han atenuado. Las tensiones comerciales siguen siendo elevadas. El año pasado, varios de los grandes mercados emergentes experimentaron considerables presiones financieras.
En este difícil contexto, se espera que en 2019 el crecimiento de las economías en desarrollo y de mercados emergentes se mantenga estable. El repunte de las economías que dependen en gran medida de los productos de exportación probablemente sea mucho más lento de lo esperado. Se prevé que el crecimiento de muchas otras economías se desacelerará.
Además, según el informe del Banco Mundial Global Economic Prospects (Perspectivas económicas mundiales) de enero de 2019, están aumentando los riesgos de que el crecimiento sea aún menor que el previsto.
Los bancos centrales de las economías avanzadas seguirán eliminando las políticas acomodaticias que respaldaron el largo proceso de recuperación que siguió a la crisis financiera mundial ocurrida hace 10 años. Asimismo, las disputas comerciales latentes podrían intensificarse. Los mayores niveles de deuda han hecho que algunas economías, en particular las de los países más pobres, se vuelvan más vulnerables a la suba de las tasas de interés mundiales, los cambios en la actitud de los inversionistas o las variaciones del tipo de cambio.
Asimismo, la mayor frecuencia con que se producen los fenómenos meteorológicos extremos incrementa el riesgo de grandes oscilaciones en el precio de los alimentos, lo que podría intensificar la pobreza. Dado que el crecimiento equitativo resulta esencial para aliviar la pobreza e impulsar la prosperidad compartida, las economías en desarrollo y de mercados emergentes deben enfrentar este entorno económico complicado adoptando medidas destinadas a mantener el impulso económico, preparándose para las turbulencias, y promover el crecimiento a largo plazo. Para lograrlo, es importante reconstruir los mecanismos de amortiguación de los bancos centrales y a nivel presupuestario, fomentar el capital humano, promover la integración comercial, y encarar los desafíos que representan los sectores informales, que en algunos casos registran proporciones considerables.
“A comienzos de 2018, la economía mundial avanzaba a toda marcha, pero perdió velocidad durante el año y el viaje podría volverse aún más accidentado este año”, afirmó Kristalina Georgieva, directora general del Banco Mundial. “A medida que aumenten las dificultades económicas y financieras para los países emergentes y en desarrollo, los avances mundiales en la reducción de la pobreza extrema podrían verse amenazados. Para mantener el impulso, los países deben invertir en las personas, promover el crecimiento y construir sociedades resilientes”.
El Banco Mundial publica el informe Global Economic Prospects dos veces al año, en enero y junio, como parte de su análisis exhaustivo de los acontecimientos macroeconómicos clave a nivel mundial y su impacto en los países miembros. La promoción del crecimiento económico equitativo y sostenible es un elemento esencial para alcanzar los objetivos del organismo de poner fin a la pobreza extrema e impulsar la prosperidad compartida. El informe proporciona información valiosa para lograr esas metas y constituye una fuente de recursos confiable para los clientes, las partes interesadas, las organizaciones civiles y los investigadores.
La pesada carga de la deuda
La necesidad de hacer frente a elevados niveles de deuda se perfila como una preocupación que adquiere cada vez más importancia.
En los últimos años, muchos países de ingreso bajo han logrado acceder a nuevas fuentes de financiamiento, incluidas fuentes privadas y acreedores no pertenecientes al Club de París de importantes países acreedores. Esto ha permitido a los países financiar importantes necesidades de desarrollo, pero también ha contribuido a incrementar la deuda pública.