El Fondo Monetario Internacional (FMI) fue explícito en las conclusiones de su directorio ejecutivo, a propósito de la consulta del Artículo IV de 2019. Además de elogiar el desempeño de República Dominicana durante los últimos años, destacando el 7% de crecimiento del producto interno bruto (PIB) en 2018, dirigió una mirada de 360 grados sobre el panorama económico de corto y mediano plazos.
Su informe concluyente trajo buenas nuevas, pero entre las conclusiones se colaron algunas advertencias u observaciones que su directorio espera sean tomadas en cuenta por las autoridades. Hubo un llamado de atención sobre los riesgos externos e internos que gravitan sobre la economía dominicana. Hay tres variables que el FMI las relaciona con el desempeño económico de corto plazo. Habrá una moderación del crecimiento impulsada por una desaceleración en la tasa de expansión del crédito, lo cual ya se dio en el primer trimestre de este año; un entorno internacional menos favorable y precios del petróleo más elevados.
Para el organismo financiero, el retorno a un crecimiento por encima del potencial en 2018 reflejó una fuerte respuesta de la inversión y del consumo privado a un estímulo monetario oportuno después de la desaceleración en 2017, lo mismo que a condiciones externas favorables y a un continuo fortalecimiento del mercado laboral.
Perspectivas
El directorio del Fondo considera que la perspectiva es favorable, con riesgos moderados y balanceados para el crecimiento, el cual habrá de moderarse en torno al 5.5% en 2019 y 5% en el mediano plazo, ambos dentro del rango estimado.
“Se estima que la inflación aumente gradualmente hasta el rango meta de 4% +/- 1% con el repunte de los precios de los alimentos y del petróleo. Se proyecta que la posición externa se mantendrá, en general, consistente con los fundamentos y financiada más que adecuadamente por la inversión extranjera directa (IED). Los principales riesgos a la baja para las perspectivas son una demanda externa más débil de lo esperado y mayores precios de energía. Por el lado positivo, el impulso de la demanda interna en el corto plazo podría ser más fuerte de lo previsto, reflejando el sólido crecimiento de los ingresos”, según el FMI.
Reconoce que el desempeño económico en los últimos años, apoyado por las políticas públicas, ha resultado en una reducción sustancial de la pobreza, la desigualdad y la convergencia continua de los ingresos a los niveles de economías avanzadas. Destaca el giro hacia una postura monetaria y fiscal menos expansiva en 2018, guiando la actividad económica hacia su crecimiento potencial.
Los directores acogieron con satisfacción el compromiso de las autoridades de mejorar la posición fiscal, incluyendo reformas ambiciosas de la administración tributaria para reducir la evasión, movilizar ingresos y mejorar la gobernabilidad.
No obstante, señalan, dado que la deuda pública está aumentando a pesar del fuerte crecimiento, solicitaron mayores esfuerzos para mejorar su sostenibilidad. Adicionalmente, urgen un ajuste concentrado para ampliar la base impositiva y reducir el impacto del sector eléctrico sobre el presupuesto nacional. “Este ajuste debe ser esquematizado de forma tal que proteja el espacio fiscal para la inversión pública y el gasto social que promueven el crecimiento”, sugiere el organismo a través de las conclusiones del directorio.
Panorama a corto plazo
Los directores también señalaron que, si bien las perspectivas siguen siendo positivas, están sujetas a riesgos. En este sentido, se exhorta a las autoridades a aprovechar el entorno favorable actual para aumentar la resiliencia de la economía ante posibles choques negativos mediante la creación de espacios fiscales y monetarios, al tiempo que fortalecen el crecimiento económico a largo plazo y los resultados sociales a través de reformas para abordar obstáculos estructurales.
Dada la baja inflación, los directores apoyaron mantener la actual postura neutral de la política monetaria, la cual estaría condicionada a nueva información sobre las presiones de inflación. También, saludaron los esfuerzos continuos de fortalecimiento del marco de la política monetaria, destacando los beneficios anclar las expectativas de inflación, y apoyaron los planes para recapitalizar el Banco Central y la introducción de la plataforma electrónica de negociación de divisas para incrementar la transparencia y la eficiencia de los mercados de divisas y sus políticas. En vista de la posición externa favorable, los directores alentaron la continua acumulación de reservas internacionales.
Saluda la estabilidad del sistema financiero y las reformas estructurales para aumentar su resiliencia. Además, apoya la modernización en curso del marco institucional para la supervisión del riesgo sistémico, la regulación bancaria y las reformas de ciberseguridad.
Recomendaciones clave de política
•Política fiscal. La política fiscal más restrictiva está justificada por consideraciones de demanda, sostenibilidad y asequibilidad. Un ajuste anticipado, fundamentado en la ampliación de la base tributaria y consciente de los efectos distributivos de las medidas de ajuste, ayudaría a revertir la dinámica alcista de la deuda. Además, debería establecerse un marco fiscal de mediano plazo, con un claro anclaje y elementos de responsabilidad fiscal, para mejorar la credibilidad sobre la sostenibilidad de las políticas.
•Política monetaria. Con pocas señales de presiones inflacionarias, las autoridades tienen espacio para mantener las tasas de interés sin cambios, a menos que la información relevante indique un incremento de las presiones. Se apoyan y recomiendan reformas para aumentar la flexibilidad cambiaria y fortalecer la credibilidad del régimen de metas de inflación. La acumulación de reservas internacionales debe continuar, pero a un ritmo que mantenga manejables los costos de esterilización.
•Políticas financieras. Las reformas de gran alcance han fortalecido el sistema financiero, pero se hace necesario abordar los focos de vulnerabilidad restantes, especialmente en la supervisión y regulación de las instituciones no bancarias.
•Reformas estructurales. Las reformas más ambiciosas para disminuir las barreras al crecimiento a largo plazo y mejorar los resultados sociales apoyarán un crecimiento saludable e inclusivo.