Artículo: El costo de la inestabilidad política

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Bogota, Colombia, noviembre 4, 2019.- Vientos de tensión política se respiran en América Latina por diversas razones. Esto ocurre en medio de una desaceleración de la economía global, una contracción del comercio internacional y unas condiciones de los mercados financieros altamente volátiles en diversos momentos del presente año.

Romper el ciclo de bajo crecimiento regional y diversificación de las fuentes de divisas exige un mínimo de estabilidad, pues la historia prueba que en caso de fricciones políticas y sociales crecer, invertir, ahorrar y consumir es algo más complicado e incierto. Urge que la región cuente con pactos mínimos para que la gobernabilidad no se afecte y con ello sea más complejo crecer en el futuro cercano. Los hechos que han afectado la gobernabilidad en América Latina en semanas recientes en diferentes latitudes, pueden terminar pasando una factura adicional al ya complejo panorama que se experimenta en materia de crecimiento.

El concepto según la economía

La literatura académica internacional ha tenido múltiples aproximaciones al tema de la inestabilidad política sin ser concluyente. El profesor de Harvard, Alberto Alesina (1992),1 definió la inestabilidad política como la probabilidad de colapso de un gobierno. Aisen y Vega (2008) definen la inestabilidad como la probabilidad de ocurrencia de hechos adversos tales como violencia por causas políticas, terrorismo y disturbios públicos. Richard Jong-A-Pin (2009) en una medición incluyó cuatro variables a considerar: a) protestas civiles multitudinarias; b) agresiones motivadas por la política; c) inestabilidad del régimen político; y d) inestabilidad dentro de un régimen político. El Banco Mundial, en sus indicadores sobre gobernabilidad, incluye por ejemplo temas asociados a la ocurrencia de terrorismo, ausencia /presencia de violencia, y el acatamiento de las normas de una sociedad, entre otros.

Las causas

Desde el punto de vista económico se han encontrado algunos determinantes que son una pieza dentro del rompecabezas de la inestabilidad política. El trabajo de Alesina y Peroti (1996) toca el tema del crecimiento económico y la desigualdad del ingreso. Los autores Gebremedhin y Mavisakalyan (2013) hablan de inmigración y la apertura comercial como una causa de la inestabilidad. Durante décadas distintos trabajos, estudios y disertaciones hablan de la estabilidad política causada por la exigencia de democracia y libertades, el tamaño de la población y la densidad y uso de los recursos naturales, entre muchos otros.

Habría que mencionar que estas variables son una parte del problema mucho más amplio y complejo que la ciencia económica por sí sola está lejos de dilucidar. Muchos además hablan del efecto circular y de múltiple coexistencia que se presenta entre la inestabilidad política, la pobreza y la reducción del ingreso por solo mencionar algunas variables. Una situación política adversa deja mal ambiente para la economía, y posteriormente un peor ambiente político generando una doble causalidad. Esta situación complica la elaboración de mediciones y estimaciones del efecto que sobre la economía tienen procesos de inestabilidad política.

Las consecuencias

La inestabilidad política tiene costos severos para las sociedades. Pese a que la intuición indica que la misma deriva situaciones no favorables para la economía, su formalización y demostración no ha sido tan simple. Trabajos como el de Persson y Svensson (1989) relacionaron la inestabilidad con el endeudamiento público; Alesina y Tabellini (1990) relacionaron la misma con el exceso de gasto público y la imposición de impuestos distorsionantes. Otros autores hablan de que, ante una mayor inestabilidad política, las fluctuaciones económicas se exacerban, la iniquidad del ingreso puede subir, y la política económica puede tornarse más lenta e ineficiente.

El Fondo Monetario Internacional (201 l) en una revisión econométrica de 169 países entre 1969 y 2004, encuentra que la inestabilidad política genera efectos adversos en la PTF (productividad total de los factores) y en la acumulación de capital físico y humano.

A manera de colofón

Según el profesor Michael Spence, de la Universidad de California en Berkeley, los episodios de inestabilidad política global se han incrementado a lo largo de los últimos 35 años, lo cual ha impedido un mejor desempeño económico. Esto seguramente se ha amplificado con la ocurrencia de la crisis financiera mundial 2008-2009, la crisis del Euro 2012-2013, la crisis griega y el Brexit, por solo citar unos ejemplos.

Estimaciones de la ineficiencia técnica del gasto público América Latina (Porcentaje del PIB)

Para América Latina, es claro que los episodios de crisis política no permiten un diseño de política económica integral y coherente. Ante esta situación se entra en una espiral de bajo crecimiento y malestar político que se autoalimenta de manera permanente. El crecimiento y avance pueden estancarse peligrosamente. Romper dicho ciclo es imperativo mediante la construcción de consensos, dialogo con la ciudadanía, y una clara lectura de las necesidades y posibilidades.

En ese orden de ideas, resulta imperioso que la lucha contra la corrupción, la impunidad, el despilfarro del presupuesto público sean atacados y combatidos con mucha voluntad política y aplicación de la justicia. Recientemente, el BID reveló que el gasto público ineficiente y mal usado en América Latina suma la escandalosa cifra del 4.4% del PIB. Así, ni se alivian algunos problemas de los más pobres, ni se impacta la economía de manera positiva. Por el contrario, se crean distorsiones señales erróneas.
Factores como los mencionados son fuente de malestar social, indignación y erosión de la legitimidad democrática. Es ingente salir de esas trampas para contar con terreno fértil que facilite la senda del crecimiento económico rápidamente.

Autor: Documentos FELABAN No. 33

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