Cibercrimen costará más de US$6 billones en 2021

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La irrupción de nuevas tecnologías ha cambiado la intermediación financiera. Las tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial (IA) y el desarrollo de la red 5G, demandan de un mayor control de la ciberseguridad, la protección de los datos y la privacidad.

El gran volumen de información que manejan los bancos hace que los desarrolladores de tecnología, fintech (finance y technology) y de las empresas de tecnológicas, bigtechs (big y technology), cambien los paradigmas de los banqueros, indica el presidente de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), Carlos Troetsch.

Durante el XXXVIII Congreso Latinoamericano de Derecho Financiero (Colade), que realiza la Asociación de Bancos Comerciales de la República Dominicana (ABA), efectuado en el Hotel Real Intercontinental, el presidente de la Felaban identificó algunos riesgos y desafíos frente a las Fintech.

Entre los riesgos citó una mayor oferta de crédito no supervisado por ninguna autoridad; mayor dificultad de seguimiento de oferta y demanda de crédito derivado de la velocidad de las transacciones; incremento en la demanda de la seguridad de los datos de los clientes; un impacto en la política monetaria por nuevos agentes fuera de la órbita de acción de los bancos centrales; arbitraje regulatorio y aspectos relacionados con el lavado de activos y la financiación del terrorismo.

Las fintech han presentado un gran crecimiento. Para 2017, el primer informe sobre fintech en América Latina realizado por Banco Interamericano de Desarrollo (BID), identificó unos 703 emprendimientos fintech en 15 países de América Latina. Un año después, creció un 66%, alcanzando los 1,166 emprendimientos en 8 países de la región.

Troetsch destaca que la innovación tecnológica es necesaria, pero la velocidad de los avances regulatorios generalmente es inferior a la del mercado. “El verdadero peligro es que la banca en la región no logre reaccionar y adaptarse con la suficiente rapidez a las nuevas realidades y paradigmas de la era de transformación digital”, agrega. Sostiene que se ha invertido mucho en la ciberseguridad y que las personas encargadas de la seguridad bancaria están más preparadas que los atacantes. “En la Felaban estamos creando la conciencia en los usuarios para la prevención de los ciberataques”.

Kerry Ann Barrett, especialista en políticas de seguridad cibernética de la Organización de los Estados Americanos, indica que todo este crecimiento hace que las empresas demanden mayor inversión para salvaguardar los datos de sus clientes. Además, que Ciberseguridad Ventures, el programa de aceleración de startup, predice que el cibercrimen costará al mundo más de $6 billones de dólares anuales para 2021. En 2015 se invirtió US$3 billones. “La sofisticación de los ataques cibernéticos no tienen fronteras físicas, han aumentado y se están volviendo más híbridos”, apuntó Barrett.

Resalta que los dispositivos conectados a la red o IoT podrían convertirse en un punto de entrada para atacantes. Explica que los IoT no son seguros por diseño, ya que centrarse en la seguridad aumentaría significativamente los gastos de fabricación y mantenimiento.

Barrett indicó que lo más difícil es que a nivel mundial no existe un consenso en ciberdelito, explica que cada país ha asumido una definición. “Esto nos afecta, porque cuando tenemos que investigar un delito cibernético no tenemos un marco legal concreto”.
Mientras, Luis Enríquez, experto en recuperación de datos, explicó que la gestión de riesgos de seguridad, privacidad y las evaluaciones de impacto son fundamentales para prevenir incidentes dentro del marco de la seguridad proactiva.

“Las metodologías y técnicas de investigación forense aplicadas al sector financiero se conocen como financial forensics, la cual combina las auditorías financieras con metodologías de informática forense a través de especialidades tales como el análisis de malware, de dispositivos móviles, de datos en la nube, de la blockchain”, explicó Enríquez.

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