República Dominicana recibió US$40 millones menos en remesas durante primer trimestre de 2020

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República Dominicana recibió US$1,703.2 millones en remesas durante el primer trimestre de este 2020, unos US$40 millones menos en comparación con el mismo período del año pasado, cuando ingresaron alrededor de US$1,743.2 millones, según datos publicados por el Banco Central (BC).

Las remesas ascendían entre un 109% y un 110% durante los primeros dos meses del año, una tendencia que cambió drásticamente en marzo, cuando ingresaron solo US$520.1 millones respecto a los US$665.5 millones de 2019, para una contracción de un 22.5%.

“Este comportamiento evidencia los efectos de la pandemia del covid-19 en países donde mayormente provienen las remesas, como Estados Unidos y España, cuya participación fue de un 77.5% y 9.5% respectivamente”, afirmó el BC mediante un informe sobre el comportamiento de la actividad económica en el primer trimestre de este año.

En efecto, Estados Unidos encabezó más de 5.3 millones de transacciones realizadas a través de las empresas remesadoras e instituciones financieras, seguido de España e Italia, con 399,842 transacciones y 56,716.

El dólar sigue siendo la moneda de pago preferida por los dominicanos a la hora de retirar sus remesas, representando un 67.1% durante los meses de enero a marzo de 2020.

El Distrito Nacional es el principal destinatario de este dinero, captando el 31%, seguido de Santiago (16.5%), Santo Domingo (9.1%), Duarte (5.1%) y La Vega (4.1%).

Remesas podrían descender un 19.3% en Latinoamérica

En el comunicado más reciente realizado por el Banco Mundial sobre las remesas, la entidad financiera prevé una caída de las remesas de un 20% a nivel mundial y un 19.3% solo en la región de América Latina.

Esta caída, que el BM califica como “la más abrupta de la historia reciente”, tiene la explicación en el “desplome de los salarios y el empleo de los trabajadores migrantes, quienes suelen ser más vulnerables a las pérdidas de puestos de trabajo y de salarios durante las crisis económicas de los países que los albergan”.

En el caso de América Latina, un factor que podría dificultar el envío de remesas radica en los costos operativos, explica la entidad financiera, los cuales podrían incrementar debido a los inconvenientes operativos de los proveedores de estos servicios, como el cierre de agentes y oficinas, acceso al dinero en efectivo, tipo de cambio y de seguridad.

Esta contracción ocurrirá tras la máxima alcanzada de US$554,000 millones de remesas enviadas hacia países de bajo y mediano ingreso durante 2019.

Los ingresos por remesas pudieran tener un aumento global del 5.6% a partir de 2021, hasta ubicarse en los US$470,000 millones. Sin embargo, el BM aclara que el panorama sigue siendo incierto.

“En el pasado, las remesas han sido anticíclicas: los trabajadores enviaban más dinero a sus hogares cuando sus países de origen experimentaban crisis y penurias. Esta vez (…) la pandemia ha afectado a todos los países, lo que genera incertidumbres adicionales”, apunta el comunicado.

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