¿Cómo puede la banca dominicana disminuir los riesgos operacionales poscoronavirus?

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Tras la llegada del covid-19 a suelo dominicano las entidades de intermediación financiera, especialmente los bancos múltiples, continúan con el reto ineludible de adaptarse al contexto actual para disminuir los riesgos operacionales y así emprender nuevamente la economía local.

Así lo plantea la especialista en riesgos Cibeles Jiménez, al recordar que los riesgos operacionales, en general, son aquellas pérdidas potenciales que puede presentar una organización por fallos en la definición de sus procesos internos, errores humanos, fallas tecnológicas, fraudes o producto de factores externos como la pandemia del covid-19.

“Es importante destacar que este riesgo es inherente a todas las actividades económicas, no es exclusivo del sistema financiero, a pesar de que definitivamente son los que normativamente están llamados a implementar un sistema de gestión del mismo”, puntualiza la también directora ejecutiva del Club de Riegos de República Dominicana y socia local de Riskoff.

Para disminuir esos riesgos, Cibeles recomienda a las entidades del sector financiero gestionarlo desde cuatro enfoques: clientes, con la divulgación de información oportuna, eficiente y clara por todos los medios disponibles; ‘Stakeholders’, garantizar canales de divulgación eficientes para los supervisores, proveedores, accionistas, calificadoras de riesgos y cualquier parte interesada en la continuidad y buen funcionamiento de la entidad.

Así como desde los empleados, con la revisión de contratos de trabajo, códigos y manuales de responsabilidad, para que, asegura Jiménez, se revisen o incluyan las nuevas modalidades laborales, protocolo de actuación en momentos de crisis, entre otros puntos que pudieran repercutir en acciones legales para la entidad; y un comité de riesgo.

En este último enfoque, la especialista indica que se debe incluir establecimiento de nuevos indicadores de gestión, redefinición del perfil y apetito de riesgo, prefijación de los comités de crisis, redefinir e identificar las oportunidades de capacitación al personal administrador de riesgos.

“La capacitación es una inversión y no un gasto, en estos momentos no debe ‘relegarse’ a un segundo plano”, aconseja Cibeles, al indicar que estas y otras actividades deberán ser alineadas con un plan estratégica general de la organización y los administradores de riesgo para dar seguimiento, documentar y reportar los avances y resultados a las diferentes instancias según su estructura organizacional interna.

Perspectivas del sector post covid-19

Sobre las perspectivas del sector financiero, una vez pase el covid-19, Cibeles recalcó que el mismo deberá enfocarse a grandes rasgos en la inclusión de inteligencia de negocios en los modelos de pérdidas esperadas y técnicas de tratamiento de big data, y deberá lograr que todo el sector alcance la madurez de una mitigación estratégica de los riesgos y no reactiva.

Así como identificar nuevas tendencias y riesgos emergentes, como la integración de las ‘fintech’ o empresas tecnológicas no financieras, identificando y gestionando los nuevos riesgos que estas representan; y adecuar la gestión a la transformación digital acelerada por la pandemia.

“Implementación de modelos econométricos para pruebas de estrés bajo escenarios extremos y con variables comunes que permitan hacer comparaciones con indicadores globales del sector”, agregó la presidenta del Club de Riesgos en el país.

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