Brasil registró en 2018 un superávit en su balanza comercial de 58,298 millones de reales, el segundo mayor de su historia y tan sólo superado por el de 2017 (66,900 millones de dólares), informó este miércoles el Gobierno.
El saldo positivo fue en un 13.3% inferior al de 2017, afectado principalmente por el fuerte aumento de las importaciones, que superaron en un 19.7% las del año inmediatamente anterior debido a que, por la recuperación económica del país tras una grave recesión, las empresas aumentaron sus compras en el exterior.
El superávit no se redujo aún más debido a que las exportaciones también aumentaron, pero en una tasa inferior (+9.6%), y alcanzaron su mayor valor en los últimos quince años.
Según los datos divulgados por el Ministerio de Economía, las importaciones brasileñas saltaron desde 150,749 millones de dólares en 2017 hasta 181,225 millones de dólares el año pasado.
Las exportaciones, por su parte, subieron desde 217,739 millones de dólares en 2017 hasta 239,523 millones de dólares en 2018.
El Ministerio de Economía destacó que algunos productos registraron valores récords en sus exportaciones tanto en volumen como en valor, como la soja en grano (83.8 millones de toneladas y 33,300 millones de dólares), el petróleo crudo (58.7 millones de toneladas y 24,700 millones de dólares) y la celulosa (15.3 millones de toneladas y 8,400 millones de dólares).
Las ventas externas de otros productos importantes en la pauta exportadora se redujeron, como las de hierro (389.8 millones de toneladas y 20,100 millones de dólares), pasta de soja (16.8 millones de toneladas y 6,700 millones de dólares) y jugo de naranja (2 millones de toneladas y 1,300 millones de dólares).
El Gobierno destacó que las importaciones que más crecieron fueron las de bienes de capital, como se denominan las máquinas y los equipos para la producción, lo que demuestra que el aumento de las compras estuvo relacionado con la recuperación de las empresas.
Las importaciones de bienes de capital sumaron 28,600 millones de dólares, con un crecimiento del 76.5% frente a las de 2017.
“Las importaciones del año pasado fueron en su mayoría (85%) compuestas por combustibles, insumos y bienes de capital”, según el comunicado del Ministerio de Economía, cuya creación fue decretada hoy por el nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y que fusiona las antiguas carteras de Hacienda, Planificación y Desarrollo, Industria y Comercio.
Las empresas brasileñas comenzaron a reactivar su producción el año pasado tras la profunda recesión que el país sufrió en 2015 y 2016, cuando la economía se retrajo en cerca de 7 puntos porcentuales, y luego del tímido crecimiento de 2017 (1.1%).
Según el comunicado, China se mantuvo como el principal socio comercial de Brasil y el mayor destino de las exportaciones brasileñas. Brasil envió hacia el gigante asiático 66.600 millones de dólares en exportaciones, con un crecimiento del 32.2%.
China compró principalmente productos agrícolas y minerales.
En segundo lugar como principal destino de las exportaciones brasileñas se ubicó la Unión Europea (UE), hacia donde Brasil destinó 42,100 millones de dólares, con un crecimiento del 20.1%, y en tercer lugar Estados Unidos (28,800 millones de dólares y un aumento del 6.6%).
Argentina se mantuvo como el principal socio comercial de Brasil en América Latina pese a que las exportaciones hacia el vecino, que enfrenta una grave crisis, cayeron en un 15.5% frente a las de 2017, hasta 14,900 millones de dólares.
“La reducción de las exportaciones de productos del sector automotor fue la que más impactó la caída en general de las ventas a Argentina”, explicó el Ministerio.
En cuanto a las importaciones, los principales orígenes de los productos comprados por Brasil en el exterior son China, de donde el país compró 35,500 millones de dólares, con una subida del 26.6%; la Unión Europea (34,800 millones de dólares, +7.9%), Estados Unidos (28,900 millones de dólares, +16.1%), y Argentina (11,100 millones de dólares, +16.7%).