Análisis sobre la banca en tiempos de coronavirus

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La propagación del Covid-19 dentro de Estados Unidos y a nivel global ha paralizado la economía casi completamente para hacer frente al virus, que hace que los pronósticos sean un poco menos que una adivinanza. Pero dada la magnitud, los efectos iniciales en la economía probablemente superen los de la crisis financiera global de 2007-2009.

Esta crisis del coronavirus no empezó como una crisis financiera, puede llegar a serlo y con una gravedad sistémica. Al menos hasta que la actividad económica reducida resulte en pérdidas de empleos, los balances de los hogares norteamericanos no parecen problemáticos, como sí lo eran en el periodo previo a la crisis financiera global. Es más, los bancos están mucho más capitalizados que en 2008.

Es sorprendente ver cómo se desarrolla la crisis del coronavirus de 2020, debido a las similitudes entre los bonos corporativos de alto rendimiento y los títulos soberanos de países en desarrollo.

Sin embargo, en los últimos cinco años, los balances de los mercados emergentes (tanto públicos como privados) se han deteriorado, y el crecimiento se ha desacelerado significativamente. En igualdad de circunstancias, el reciente recorte significativo de las tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos y otras medidas en respuesta a la pandemia deberían aliviar las condiciones financieras globales también para los mercados emergentes. Pero la igualdad de circunstancias está lejos de ser real.

Además, el crecimiento económico de China fue un motor importante de sus préstamos significativos a más de 100 países en desarrollo de bajos y medianos ingresos en los últimos 10 años.

Es verdad, los orígenes de la crisis actual son inmensamente diferentes, como lo es la respuesta política. Pero las políticas de aislamiento y distanciamiento que están salvando vidas también conllevan un coste económico enorme. Una emergencia sanitaria puede evolucionar hasta convertirse en una crisis financiera.

La calificadora de riesgo, Feller Rate comunicó que el impacto de la pandemia en la economía dominicana prevé recortes en las tasas de crecimiento, caídas en las ventas y márgenes, y efectos en los flujos de caja que, en algunos casos, pueden derivar en debilitamientos de los indicadores de liquidez.

Toda crisis tiene su inicio y tendrá su fin. Tendrá también su solución y más de una lección para todos aquellos que la vivimos, y que la sobreviviremos en las próximas semanas.

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