La inversión extranjera en República Dominicana es poco diversificada

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Entre 2010 y 2018 República Dominicana captó US$22,358.7 millones por concepto de inversión extranjera directa (IED). Este monto equivale a un promedio anual de US$2,484.3 millones en estos nueve años. Energía, minería, zonas francas y turismo se mantienen entre los renglones con mayor capacidad para atraer capitales.

Las estadísticas disponibles en el Banco Central establecen que Estados Unidos (US$4,701.3 millones), Canadá (US$4,346.4 millones), Brasil (US$2,336.2 millones) y España (US$1,314 millones) lideran la tabla de países con la mayor cantidad de capitales invertidos en República Dominicana. Estos primeros cuatro emisores de IED representan el 56.8% del total captado en este período. En conjunto suman US$12,697.9 millones.

Aunque la tabla de flujo de inversiones en el período 2010-2018 coloca al menos 19 países como los principales inversionistas en el país, las cifras ponen de manifiesto que uno de los principales retos, en cuanto a la canasta de capitales que llegan a la economía, es la diversificación.

Sólo México, con US$698.1 millones (3.1%), Venezuela, con US$508.3 millones (2.3%) e Islas Vírgenes Británicas, con US$413.6 millones acumulados en este período, para un 1.8%, aparecen con una ponderación significativa. El resto de los países con capacidad de invertir apenas representan décimas en el total de los capitales captados entre 2010 y 2018.

América Latina y el caribe (subregiones y países seleccionados): inversión extranjera directa recibida, 2016 y 2017

En algunos casos, como sucede con Dinamarca y Gran Caimán, el flujo de capitales resulta negativo en este período. En el primer caso es de –US$350.1 millones y el segundo finalizó con un balance en –US$46.6 millones. México, que terminó el período analizado con números positivos, registró cuatro años en rojo, como fue en 2012 (-US$31.5 millones), 2015 (-US$18.8 millones), en 2017 (-US$45.4 millones) y durante 2018 (-US$80.4 millones). Aunque Brasil está entre los primeros cuatro inversionistas en el país, principalmente con los montos de 2012 (US$1,041.9 millones) y 2017 (US$998.8 millones), también registró dos años con balance negativo, como sucedió en 2011, con –US$1.9 millón, y 2015, con –US$424.6 millones.

Según el cuatro publicado en el Banco Central, los años 2012 (US$3,142.4 millones), 2017 (US$3,570 millones) y 2018 (US$2,535.3 millones) fueron los que aportaron la mayor cantidad de recursos producto de la IED con un total de US$9,247.7 millones, para un 41.4%.

Venezuela, que durante los últimos años ha estado envuelta en conflictos políticos y económicos, lo que ha generado una crisis en cuanto al flujo de inversión, se ha convertido en un exportador de capitales. República Dominicana ha recibido empresas del sector financiero en busca de mayor estabilidad y resguardo por la certidumbre que muestra el país. Este país sudamericano mantiene un promedio anual de US$56.5 millones en el período bajo análisis.

Entre 2010 y 2011 la inversión procedente de Venezuela sumó US$278.7 millones, es decir, un 54.8%. En este año el Gobierno dominicano traspasó el 49% de las acciones de la Sociedad Refinería Dominicana de Petróleo a PDV Caribe quedando Refidomsa con el 51% de la propiedad. La empresa tiene una participación de mercado que supera el 60% en productos derivados del petróleo.

La inversión extranjera en República Dominicana, sin embargo, ha sido históricamente dominada por Estados Unidos. Este país promedia US$552.3 millones al año, ligeramente por encima de Canadá, cuyo promedio anual es de US$482.9 millones durante los últimos nueve años.

España, que está básicamente relacionada al turismo, anualmente ha invertido US$146 millones en el país en el período analizado. En 2017 y 2018 ingresaron US$493.7 millones, un 37.6% del monto total del período.

El Reino Unido, según los datos del Banco Central, ha mantenido un nivel tímido de inversión en los últimos nueve años, pues apenas acumula un flujo total de US$100.1 millones, es decir, un promedio anual de US$11.1 millones.

En sentido global, el flujo de inversiones cayó en República Dominicana cuando se comparan los resultados de 2017 con 2018. Pasó de US$3,570 millones a US$2,535.3 millones, una caída neta de US$1,034.7 millones, que en términos relativos equivale a un 28.9%. Sólo en 2012 y 2017 el flujo de inversiones superó los US$3,000 millones en los últimos nueve años.

En su informe de la economía de 2018, el Banco Central explica que el crecimiento de la IED en 2017 estuvo influenciado por la compra de participación de capital significativa, propiedad de accionistas dominicanos, por parte de una empresa de capital extranjero. En adición, apunta, se destacan las inversiones en los sectores turismo, comercial y bienes raíces.

Contexto
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en un informe reciente sobre las principales tendencias de la inversión extranjera directa (IED) en la región, en 2017 se profundizaron algunas tendencias en el escenario económico mundial que generaron un clima de incertidumbre para las inversiones transfronterizas.

En particular, señala, se confirmaron anuncios de posibles restricciones comerciales y presiones para relocalizar la producción en los países desarrollados. Al mismo tiempo, las autoridades de China tomaron medidas para restringir las salidas de IED, a fin de ajustarlas al plan estratégico del país.

Según la Cepal, a estos elementos hay que sumar la expansión de las empresas digitales, que requieren una menor inversión en activos tangibles para crecer a escala internacional y que están fuertemente concentradas en Estados Unidos y China, lo que disminuye la necesidad de fusiones y adquisiciones transfronterizas.

“Estos aspectos contribuyen a explicar la caída de la IED mundial en 2017, pese a un contexto internacional caracterizado por un mayor crecimiento de la economía mundial (de un 3.2%), la elevada liquidez internacional, altos beneficios para las grandes empresas y optimismo en los mercados financieros. En este contexto internacional, las corrientes de IED en América Latina y el Caribe se redujeron por cuarto año consecutivo en 2017, hasta los US$161,673 millones, cifra un 3.6% menos que la registrada el año anterior y un 20% por debajo de lo recibido en 2011.

Sin embargo, la Cepal le reconoce a la Unión Europea el potencial de inversión que tiene en la región. Indica que las empresas de los países de este bloque representan una fuente de inversión muy importante para América Latina y el Caribe. Alrededor del 41% de los activos acumulados de IED en la región son de empresas europeas, y esta presencia es particularmente importante en América del Sur.

La IED europea está dominada principalmente por España, que representó un 29% de las inversiones del Viejo Continente en proyectos nuevos en la región y un 29% del monto de las fusiones y adquisiciones europeas en el período 2005-2017. Alemania (16%), Reino Unido (13%), Italia (12%) y Francia (11%) son los otros países inversionistas más destacados en proyectos nuevos en la región.

La Cepal señala que más allá de las cantidades invertidas, las empresas de la Unión Europea destacan por su capacidad tecnológica en algunos sectores en los que cuentan con importantes inversiones en América Latina y el Caribe. En particular, indica, las empresas europeas de energías renovables, telecomunicaciones y el sector automotor invierten en investigación y desarrollo (I+D) cantidades muy superiores a las de sus equivalentes en los Estados Unidos o en Asia.

“Este esfuerzo investigador es un indicador del potencial que la IED de estas empresas puede tener para contribuir al desarrollo de las economías de la región. Si bien la IED europea en la región está muy diversificada, se observa que, después de la finalización del ciclo de altos precios de las materias primas, las energías renovables, las telecomunicaciones y la industria automotriz son precisamente los tres sectores que han adquirido mayor importancia para las inversiones de las empresas europeas en América Latina”, establece el organismo.

Contexto regional en América Latina
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), entre 2010 y 2014, muchas empresas europeas, en particular españolas, obtuvieron la mayor parte de sus beneficios de operaciones en América Latina.

Con respecto a las energías renovables, la Unión Europea ha liderado las políticas de apoyo a este sector desde la década de 1990.

De hecho, especifica, el mercado que se abrió en América Latina en la segunda década de este siglo representó una oportunidad de crecimiento para numerosas empresas que habían visto limitadas sus posibilidades, debido a la crisis fiscal que atravesaban muchos países europeos en aquel momento.

En definitiva, la relación entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe en lo que respecta a la IED es particularmente sólida y presenta ventajas para ambas partes.

Si los países de la región pretenden aprovechar las posibilidades que ofrecen estas inversiones, deben promover políticas nacionales que fomenten el desarrollo de un tejido productivo, redes de proveedores de bienes y servicios que, por un lado, favorezca las decisiones de inversión de las transnacionales europeas y, por otro, permita la transferencia de conocimientos y tecnología hacia los territorios locales.

La Cepal considera que existen experiencias en este sentido en varios países de la región, en particular en el sector de las energías renovables y en la industria automotriz, pero aún no se cuenta con una estrategia integral definida en relación con la IED.

Inversión extranjera de firmas europeas
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) establece en su informe que entre 2005 y 2018, los proyectos de inversión de firmas europeas en América Latina en energías renovables representaron el 65% del total en ese sector. En telecomunicaciones, las empresas europeas han alcanzado el 43% del total en el mismo período, mientras que en el sector automotor el promedio ha sido de un 35%, superior al de las empresas de Estados Unidos (29%).

Según la Cepal, estos valores ayudan a entender la magnitud de la presencia de las empresas transnacionales europeas en América Latina y, al mismo tiempo, ponen de relieve la oportunidad que estas inversiones representan para el fortalecimiento de la estructura productiva de los países de la región.

A su vez, indica, América Latina constituye una oportunidad de crecimiento para muchas empresas europeas —que deben hacer frente, en sus respectivos países, a mercados con poco potencial de crecimiento—, así como un espacio para diversificar riesgos.

Sectores líderes en atracción de capitales en RD
Turismo. El sector de servicios más importante en materia económica es el turismo. Hay más de 70,000 habitaciones que hospedan a más de siete millones de turistas y cada año se anuncian e inician nuevos proyectos hoteleros.

Telecomunicaciones. Las empresas que componen el sector de las telecomunicaciones son, en su mayoría, de capital extranjero. Todos los años hacen inversión en capital y actualizaciones que implican más recursos.

Banca. La banca dominicana no sólo se ha diversificado con nuevos productos y adopción de nuevas tecnologías, sino que una parte importante de sus instituciones son de capital extranjero, algunas con más de 100 años en el país.

Minería. La actividad minera es, sin duda, una de las más importantes en la economía dominicana. Su aporte a las exportaciones ha sido vital en los últimos años. Sólo Barrick Pueblo Viejo ha invertido más de US$4,500 millones.

Energía. El sector energético, que ha logrado integrarse a todo el modelo de sostenibilidad, también es un fuerte motor que impulsa las inversiones de capitales extranjeros en energía solar y térmica, fundamentalmente.

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